Por Juan Blanco
Al día de la fecha, no conozco a nadie que disfrute Hook como yo lo hago. Mejor dicho, directamente no conozco a nadie que le guste. Claro, lo que siempre apunto es que quizás el film no sea el mejor de los productos Spielbergianos, pero más allá de lo que su director nos obliga a exigirle como proyecto, Hook me parece una excelente idea acerca del más allá de un personaje tan olvidado como Peter Pan. La sola noción del joven Pan ya viejo, con hijos, casado con una mortal, lejos del país de Nunca Jamás y de los niños perdidos, del polvillo mágico de Campanita y del cacareo valiente ante cualquier amenaza del Capitán Garfio, ya de por sí me provoca una inquietud inmensa, mucho antes de llegar a comprender las peligrosas consecuencias que implican hablar acerca de Peter Pan en un mundo de carne y hueso.
La mayoría de las opiniones desfavorables que conozco acerca de Hook tienen que ver con su resultado “infantil”, y con la censura que una dirección de actores significa para la libertad estética de una aventura animada. Pero yo todavía creo que Steven Spielberg adaptó de la mejor forma posible una historia casi inadaptable, que la idea del “what if?” sobre Pan en Hook es de las más ingeniosas para devolverle la vida a una anécdota ya obsoleta, y también la forma más acertada de posibilitarla y hacerla real. Incluso cada minúsculo detalle de puesta en escena, respetando el folklore de Peter Pan al pie de la letra, me demostró el cariño de Spielberg por el personaje ante la melancólica tarea de hacer que Robin Williams recordara su pasado, y lograr así que Pan volviera, con patas de gallo y todo.
Ahora, once años después de Hook, Peter vuelve animado cortesía de Disney en Peter Pan -El regreso al país de Nunca Jamás, una suerte de aventura aniversario que, oh casualidad, se parece muchísimo a Hook. Claro, Peter sigue joven y en Nunca Jamás peleando contra Garfio, pero en el mundo real Wendy sí creció y tuvo dos hijos, de los cuales sólo el más pequeño pareció heredar la fe de su madre en la leyenda; la otra hija, la mayor, resultó una total escéptica. Aunque Wendy no tiene la cantidad de arrugas que Maggie Smith evidenciaba en Hook, creció al fin y al cabo, tal como Spielberg predijo que sucedería, y la aventura ahora tiene que ver con el secuestro de la hija de Wendy por el malvado Capitán Garfio, tal como lo hacía Dustin Hoffman pero con sus nietos. Ah, y como yapa también la cosa va a tener muchísimo que ver con la fe y la imaginación perdida, tal como sucedía con Robin Williams, esposa e hijos en Hook. Sólo que esta vez, el entuerto llega una generación antes y no afecta directamente a la figura de Peter Pan. De lo contrario el plagio ya hubiese sido asqueroso e indigno.
Peter Pan – El Regreso al país de Nunca Jamás funciona como una extensión de la versión de Disney de 1953 (hay otra del 24 con actores), pero mucho más sofisticada a nivel técnico, así como una especie de bisagra entre esta misma y la odisea de Spielberg. Y lo gracioso es que es tan entretenida como Peter Pan y tan correcta como Hook, sólo eso. De hecho, no supera a la primera en espíritu ni a la segunda en ingenio. Sin embargo, recibió comentarios muchísimo más efusivos de los que hoy registra Hook, lo cual confirma mi teoría de que tanto la crítica como el público a veces pueden ser tan ingenuos como hipócritas. Por Dios, además de correr a alquilarse la segunda Peter Pan, háganme el favor de darse la oportunidad de disfrutar de una más que digna aventura: Hook.
Título: Peter Pan – El Regreso al país de Nunca Jamás.
Título Original: Peter Pan: Return to NeverLand.
Dirección: Robin Budd, Donovan Cook.
Voces originales: Harriet Owen, Blayne Weaver, Corey Burton, Jeff Bennett, Kath Soucie y Andrew McDonough.
Género: Animación, Secuela, Aventuras.
Clasificación: Apta para todo público.
Duración: 72 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 21/03/2002.
Puntaje: 6 (seis)