Por Sergio Dobosz
Tras la expectativa generada desde su única exhibición a fines del año pasado, se estrena en las salas argentinas Batalla Real, film del director nipón Kinji Fukasaku.
Partiremos desde dos posibles resultados intencionales del director: divertirnos ante lo absurdo de la historia o estremecernos con sus terribles planteamientos. Ninguna de las dos alternativas están claramente expuestas; ni la crueldad de las escenas permiten otorgarles ribetes cómicos, ni el film alcanza una dimensión reflexiva más allá de lo que distintos espectadores piensan que ven.
La historia se sitúa en Japón del futuro, en donde los índices de desempleo alcanzan cifras elevadas (¿acaso nos resulta conocido?) y los adolescentes, carentes de respeto hacia los mayores, aplican sobre ellos un accionar de violencia total. Con el objeto de erradicar la crisis de los jóvenes, el Gobierno instaura una Ley de Reforma Educativa en base a medidas extremas. El proyecto se inicia con la elección de una clase de alumnos de una escuela, que son conducidos bajo engaño (léase como drogados) a una isla desierta y obligados a matarse entre sí durante tres días; finalizado el período del “juego”, obligatoriamente deberá resultar un único ganador. Cada adolescente recibe una bolsa al azar con diversas armas para el ataque y defensa: ametralladoras, pistolas, cuchillos, tapa de cacerolas y otros elementos inútiles para el combate.
Hasta aquí, podríamos decir que Batalla Real se trata de otro film bajo el conocido esquema de supervivencia en lugares forzados; por suerte, aspira a una mayor intención (sin estar a la altura de la maravillosa versión original de Rollerball). El conflicto generacional en la sociedad japonesa tiene un importante significado. Por una lado, los mayores son destinatarios de la violencia juvenil; por el otro, se pretende erradicarla con el uso mismo de la brutalidad. Claro está que los adultos no ejercen el accionar en forma directa sino, obligando a los jóvenes matarse entre sí. Una solución “pedagógica” bastante cuestionable si bien se apunta al efecto terapéutico, buscando desplazar y canalizar los instintos violentos a un campo hermético (mencionar como ejemplo los actuales videogames). Las evidencias de nuestro mundo cotidiano demuestra lo vulnerable del
mecanismo en donde no se asegura que la agresividad vaya por ningún motivo a quedar delimitada en una zona de “juego”.
Fukasaku contrasta momentos de tensión y desesperación con el uso de piezas musicales clásicas entendiéndose como citas a La Naranja Mecánica, film en donde la violencia era también factor de análisis. Lo que por otra parte daña al film, es la rutinaria simpleza con que se exponen los distintos participantes del juego; algunas escenas, tales como el deceso de ciertos personajes, cinematográficamente, resultan risibles. En líneas generales, todo esto conlleva a que el film presente un tono ciertamente ambiguo: no sabemos si pretende burlarse con cierta ironía de sí mismo o funcionar a modo de ser consecuente con la reflexión planteada.
Será tal vez que con Batalla Real estemos ante la presencia de una nueva zona de contención…..porque para alegorías, La Naranja… seguirá liderando.
Título: Batalla real.
Título Original: Batoru rowaiaru aka Battle Royale.
Dirección: Kinji Fukasaku.
Intérpretes: Aki Maeda, Tatsuya Fujiwara, Chiaki Kuriyama, Taro Yamamoto, Takeshi Kitano, Sosuke Takaoka, Takashi Tsukamoto, Yukihiro Kotani, Eri Ishikawa y Sayaka Kamiya.
Género: Acción, Aventura, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 18 años.
Duración: 114 minutos.
Origen: Japón.
Año de realización: 2000.
Distribuidora: Líder Films.
Fecha de Estreno: 22/08/2002.
Puntaje: 6 (seis)
