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jueves, 21 noviembre 2024
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Corazón de fuego: Jinetes del ferrocarril

Por Omar Tubio

En 1974 se estrenaba en nuestro país una película que daría mucho que hablar. Retrataba un cruel episodio de nuestra historia y de alguna manera significó un hito cinematográfico para la época. Se llamó La Patagonia rebelde y fue dirigida por Héctor Olivera. Fue un resonante éxito en su momento y luego fue prohibida por la dictadura militar. Entre su impresionante elenco figuraban Héctor Alterio, Federico Luppi y Pepe Soriano. Casi treinta años después el cine los vuelve a reunir, en un film más pequeño, menos ambicioso y que en su slogan publicitario parece rememorar aquella inolvidable epopeya: no te olvides, no te vendas, no te rindas…

Claro está, en la actualidad nuestros queridos héroes peinan canas y cargan con otros achaques y vienen a ser algo así como lo que fueron para Clint Eastwood, sus Jinetes del espacio.

La anécdota es mínima y según dicen real. La autodenominada Asociación Amigos del Riel, compuesta por antiguos empleados de la ya inexistente Compañía estatal de trenes del Uruguay deciden secuestrar una vieja locomotora del siglo XIX llamada “la 33”, para evitar que ésta sea vendida por su propietario a un importante estudio de Hollywood que la necesita para una película. Tres de ellos, acompañados por un niño, se encargarán del asunto y una vez logrado su propósito, recorrerán el interior del país por las destartaladas vías, ya desacostumbradas al trajín diario al que eran sometidas. Las autoridades, representadas por la policía local y el empresario dueño de la preciada antigüedad, irán tras ellos para impedirles que lleguen a la frontera y así evitar su venta, bajo el lema el patrimonio nacional no se vende. Que las fuerzas de la ley encuentren tantas dificultades para impedir tan humilde empresa, es uno de los puntos más débiles de un guión ya de por sí no muy consistente.

Tal premisa le permite al director, Diego Arsuaga, quién califica a su film como una mezcla de western y road movie, pero sobre rieles, la posibilidad de mostrar bellos paisajes del interior uruguayo y la cruda realidad que viven los pueblos alejados de la urbe. Pero una vez más queda demostrado que no siempre buenas intenciones terminan en un buen film. Con un guión plagado de máximas imperativas y de sentencias recién salidas de una clase de Historia (uno de los personajes es un profesor) y con un tufillo a naftalina que a estas alturas hay que saber evitar, la película, para usar un término ferroviario, termina por descarrilar. Transmitir la idea de que a los jóvenes sólo les interesa la plata y el confort y que los ideales y el patrimonio de un país está en manos de los viejos, es tan poco creíble como reaccionario.

Tratándose de una película uruguaya, hay que decir que es muy argentina, ya que la coima, la burocracia y otras menudencias que se dejan ver son muy de estos pagos, pero hay que reconocer que de patrimonio nacional nosotros no podemos hablar, ya que aquí… no ha quedado nada. Se ha vendido todo.

Título: Corazón de fuego.
Título Original: Idem.
Dirección: Diego Arsuaga.
Intérpretes: Héctor Alterio, Federico Luppi, Pepe Soriano, Gastón Pauls, Balaram Dinard, Saturnino García, Eduardo Migliónico, Elisa Contreras, Jenny Goldstein y Alfonso Tort.
Género: Aventura, Comedia, Acción.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 93 minutos.
Origen: Uruguay/ España/ Argentina.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 22/08/2002.

Puntaje: 4 (cuatro)

https://www.youtube.com/watch?v=ibeMrEAO64k

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