Por Enzo Alfano
Dentro del mundo del cine, son muy pocos los productores que logran renombre o siguen una misma línea para los films que escogen llevar a cabo. Por ejemplo, a Jerry Bruckheimer ya se lo conoce por su ambición de querer ganar mucho dinero con películas bien “pochocleras” y por su buen olfato para los negocios (recordar Top Gun/Reto a la gloria, 60 segundos o La Roca), y en la vereda de enfrente tenemos a Christine Vachon, quien se esmera en elegir guiones inteligentes, que muestren la otra cara del “american way of life” sin preocuparse en absoluto por la taquilla. Ella produjo, por ejemplo, los filmes de Todd Haynes (Poison, Safe, Velvet Goldmine) Kids – Golpe a golpe, Felicidad y Retratos de una obsesión, la que nos ocupa.
La vida de Sy Parrish (Robin Williams) “es” su trabajo desde hace más de 10 años como encargado de un puesto de revelado de fotos en un shopping. Y trata de hacerlo lo mejor que puede, calibrando la máquina que imprime las copias, los colores y el brillo de las mismas, etc; porque “sólo se le saca una foto a alguien que uno quiere mucho”, piensa. Pero por lo visto, Sy no tiene a quien sacarle una ni quien le saque a él. Sólo se contenta
con ver las fotos de sus clientes, y guardarse copias de las de una familia en especial, la que conforman Nina, Will y su hijo de seis años Dylan. Él ha revelado todas las fotos, desde que nació hasta el último cumpleaños del niño, y se siente parte de esa familia al no tener una propia. Es su obsesión (y la del título del film).
Hasta dónde llegará Sy con su idea de ser querido por alguien en este solitario mundo es lo que se verá de allí en más. Lamentablemente, la película se queda a mitad de camino y tiene un –prudencial- defecto (el mismo que tenía Psicópata Americano en su momento): la historia necesitaba más osadía, más violencia, más catarsis. Porque el espectador, sin más, espera sólo eso en esta clase de films, donde una persona normal deja de serlo para vengarse con mano propia. A eso se le agrega la falta de ritmo de la que la propuesta adolece transcurridos los primeros veinte minutos.
Pero lo que sí vale la pena ver es la actuación de Robin Williams, llena de matices y sin los molestos tics a los que ya nos tiene –fastidiosamente- acostumbrados. Cambiando el rumbo de sus siempre queribles personajes (en Noches Blancas también “hace de malo”) es de esperar que este actor nos siga sorprendiendo.
Título: Retratos de una obsesión.
Título Original: One Hour Photo.
Dirección: Mark Romanek.
Intérpretes: Robin Williams, Connie Nielsen, Michael Vartan, Gary Cole, Eriq La Salle, Dylan Smith.
Género: Thriller psicológico, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 96 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Fox.
Fecha de Estreno: 19/09/2002.
Puntaje: 5 (cinco)
