Por Sergio Dobosz
Si un género cinematográfico merecía ser sin dudas satirizado, era el de espías, que liderado por la saga de James Bond se estaba ya convirtiendo en una burla de sí mismo, con una pomposidad y arrogancia fuera de control. Por eso fue tan aceptada la primera Austin Powers, allá por 1997, y aunque no tuvo gran éxito de taquilla en salas fue “descubierta” cuando llegó al video hogareño. Luego, su secuela de 1999 confirmó la aceptación de la serie agregando mayor interacción entre Powers y el Dr. Evil, eterno villano y gran fuente de humor. Ahora, buscando nuevo terreno, el actor y escritor Mike Myers y el director Jay Roach continúan con la repetición de su establecida fórmula.
El argumento enfrenta nuevamente a Austin Powers (Mike Myers) contra su némesis, el Dr. Evil (Mike Myers), quien junto con su clon Mini-Me (Verne Troyer) se asocian al exótico villano Goldmember (Myers de nuevo); todos ellos con el propósito de secuestrar al padre de Powers (Michael Caine) para distraer a Austin y tomar posesión del mundo con algún funesto plan. Desde luego la trama es importante sólo en cuanto a que provee las oportunidades necesarias para desarrollar todo tipo de humor, desde las rutinas de voudeville hasta brillantes chispazos de comedia absurdista.
Desafortunadamente no todo funciona muy bien; existen escenas sencillamente hilarantes, siempre y cuando se tenga previo gusto por el estilo de comedia que Myers impuso; otras en cambio, dejan al espectador fuera de 
contexto, sobre todo en aquellas en donde se plantean “juegos” idiomáticos de difícil traducción al español.
Los nuevos personajes son de una irregular mezcla. Myers como Goldmember es francamente innecesario; el personaje mismo no resulta demasiado gracioso y su participación en la trama es incidental y redundante. Con un gran villano ya establecido, como lo es el Dr. Evil, no hacía falta uno nuevo, y su presencia indica la desesperación de los guionistas por buscar un ángulo fresco en las aventuras de Austin Powers. En el lado opuesto, hay escenas verdaderamente destacables, como aquella en la que los subtítulos son los verdaderos protagonistas. Excelente el principio del film con un espectacular cameo integrado por estrellas de primer nivel, como así también las referencias a MI-2, Vivir y dejar morir, La espía que me amó, El silencio de los inocentes y, por supuesto, Goldfinger.
Myers sigue explotando las aristas más absurdas de un sujeto que se mueve entre lo escatológico, lo ingenuo y un “ardiente” sentido del humor; todo ello mientras se mantiene fiel a toda su estética de psicodelia post moderna que lo ha caracterizado, y se atreve a ridiculizar a colegas aprovechándose de las convenciones del género que retrata. Tal vez como sátira narrativa formal, Austin Powers en Goldmember cumple su cometido, aunque una buena parte del material humorístico falle en su esfuerzo; lo restante funciona para quien guste y esté familiarizado con ese estilo humorístico que, gracias a la intervención en los créditos finales del Sr. Bucharach, rinde homenaje a la recordada Casino Royale.
Título: Austin Powers en Goldmember.
Título Original: Austin Powers in Goldmember.
Dirección: Jay Roach.
Intérpretes: Mike Myers, Beyoncé, Michael Caine, Seth Green, Verne Troyer, Mindy Sterling, Robert Wagner, Michael York, Fred Savage, Nobu Matsuhisa, Nathan Lane, Aaron Himelstein y Tom Cruise.
Género: Parodia, Comedia, Espionaje.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 94 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 26/09/2002.
Puntaje: 6 (seis)
