Por Pablo Marín
Londres. Dos mil dos después de cero. Un nigeriano, una turca, un español y un chino. Un hotel, una habitación vacía y un corazón. Este es el marco creado por Stephen Frears para abordar un tema tan vasto y disyuntivo como la inmigración ilegal en la Europa actual; esa de las constantes y relampagueantes campañas bélicas (la palabra guerra parece haber pasado de moda, por lo menos para la OTAN), las fosas comunes y, sobre todo, los refugiados. Como sea, es este marco social el que, combinado con las constantes más clásicas del realizador inglés (el amor, el humor), nos envuelve en un universo nocturno y desolado para ofrecernos un contundente tour de force.
Más cerca de La ejecución que de Alta fidelidad, tanto estética como financieramente, Negocios entrañables (presentado en la sección Punto de vista del pasado Festival de Mar del Plata) cuenta la historia de Okwe (Ejiofor), un nigeriano indocumentado que le ha encontrado la vuelta a la supervivencia en territorio anglosajón: dos trabajos y nada de descanso. Conserje hotelero de noche y taxista de día, Okwe comparte un departamento con Senay (Tautou) y disfruta de su escaso tiempo libre en compañía de Guo Yi (Wong), médico forense y pésimo ajedrecista. Senay, por su parte, sueña con vivir en Nueva York, trabaja de housekeeper en el mismo hotel y obedece al mismo patrón que Okwe: el señor Juan (López). Oriundo de la tierra del Quijote, el señor Juan es un desequilibrado que ve en toda persona desesperada la oportunidad de obtener algo, así sea mano de obra barata, unos cuantos miles de libras o una específica parte de su cuerpo (que empieza con ri y termina con ñón).
Con la seguridad social y económica de un castillo de naipes, el bienestar individual de Okwe y de Senay no tardará en colapsar. Era obvio. De la misma manera que el protagonista de Terciopelo azul al encontrar una oreja en un terreno baldío, Okwe accederá a un mundo subterráneo y aterrador al toparse con un corazón humano en una de las habitaciones del hotel. Punto de giro del relato, dicha bomba de circulación sanguínea será la desencadenante, con la velocidad de propagación de una enfermedad venérea, de los más patéticos infortunios.
La particularidad (y el acierto) de Negocios entrañables radica en que, a diferencia de algunos de sus contemporáneos, Frears retrata la realidad sin olvidarse de su función como cineasta. De esta manera, sin relegar la “denuncia”, privilegia una historia -su historia, sus personajes, sus inquietudes- por sobre su determinado contexto social (y no al revés). De ahí que sus films resulten más atractivos (tanto estructural y rítmicamente como también debido a su históricamente celebrada dirección actoral) y, sin lugar a duda, mucho más cinematográficos. Ya sea por el abordaje temático descripto anteriormente o bien por el dominio del lenguaje cinematográfico propiamente dicho. Evidenciable autónomamente a lo largo de todos sus films pero más aún en comparación con otros cineastas. Mientras que la estética de otro realizador que ha abordado similares cuestiones sociales, como ser su compatriota Ken Loach, se subyuga ante los intereses ideológicos limitándose a registrar los acontecimientos, la de Frears (puntualmente en Negocios entrañables) se encarga de potenciar dichos postulados más artística y expresivamente (y por qué no entretenidamente; los arranques humorísticos del film son más que efectivos) sin comprometer su determinada cuota de realismo.
Es por eso que a modo de conclusión, ya que no hace falta aclarar que Negocios entrañables es un film que utiliza todos sus recursos en función del espectador (tanto por lo expuesto anteriormente como por los conocimientos, por más escuetos que sean, de la obra cinematográfica de Stephen Frears), sólo queda por decir que se trata de un ejercicio cinematográfico irrevocable que queda grabado en la mente del espectador por mucho mucho tiempo…
Título: Negocios entrañables.
Título Original: Dirty Pretty Things.
Dirección: Stephen Frears.
Intérpretes: Audrey Tautou, Chiwetel Ejiofor, Sergi López, Sophie Okonedo, Benedict Wong, Zlatko Buric, Kriss Dosanjh, Darrell D’Silva.
Género: Crimen, Drama, Thriller.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 97 minutos.
Origen: Reino Unido.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 21/08/2003.
Puntaje: 8 (ocho)