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jueves, 21 noviembre 2024
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800 balas: Érase una vez en el Oeste

Por Omar Tubio

Érase una vez en el Oeste, más precisamente en Almería (España), que un grupo de nostálgicos irredimibles se dedicaban diariamente a recrear la Llamarada de gloria que alguna vez los había iluminado. Así, Por un puñado de dólares y ante la vista de unos pocos turistas despistados, iniciaban la Cabalgata infernal que culminaría como siempre en un Duelo al sol, y A la hora señalada entre el hombre que imponía la ley y El último renegado. Poco después, al caer el atardecer ese mismo lugar luciría solitario y sin vida, y no se escucharía ni Un tiro en la noche. Lo bueno, lo malo y lo feo de un género habrán revivido una vez más en el hacer de estos jinetes pálidos que seguramente albergaban Más corazón que odio en sus entrañas.

Esta mínima y simpática excusa le sirve a Álex de la Iglesia para crear un universo de personajes y situaciones que convierten a 800 balas en un autentico goce cinéfilo. Como pícaramente quien escribe acude a la memoria cinematográfica del lector en el párrafo anterior, De la Iglesia requiere del espectador un mínimo bagaje cultural de cine para poder disfrutar de manera completa su obra. Como ya lo hiciera en El día de la bestia con el cine de terror y en La comunidad con los guiños recurrentes a Hitchcock y a Polanski, 800 balas es una fiesta para los amantes del western. Toda la iconografía de este género está presente, y no sólo en lo escenográfico, sino también en la puesta en escena, en las actuaciones y en la sublime banda sonora (¡cómo olvidarte, Morricone!).

¿Pero qué es la película? ¿Un homenaje al western-spaghetti? ¿A los dobles de riesgo? ¿A Clint Eastwood? Quizás todo eso y mucho más. Este joven director vasco –junto al ya consagrado Almodóvar, Amenábar y Medem- es uno de los pocos que posee un sello personal, un estilo que lo diferencia del resto y que por ende lo convierte en autor. Esto no implica necesariamente un mote intelectual ni nada parecido, sino una manera de ver, hacer y entender el cine y a través del cual se desprende su mirada del mundo.

Cuando a Torralba, el personaje principal, la soga le aprieta el cuello y debe jugarse al todo por el todo para defender lo que él cree es justo, De la Iglesia pone en escena –metafóricamente- la lucha de David contra Goliat. O sea, las 800 balas con las que cuenta Torralba y su reducido grupo, contra la artillería militar y policial desplegada de manera espectacular por las fuerzas de seguridad. No es difícil ni arriesgado suponer que lo que en realidad se quiere mostrar es la desigual lucha que mantiene un género ya casi desaparecido, o una manera de hacer cine, contra la aparatosa maquinaria industrial actual presidida por poderosos magnates que sólo parecen saber de efectos especiales. Sin dudas, toda una declaración de principios.

Pero la película no es sólo eso, sino que también brinda momentos de un humor brillante y socarrón inmerso en unos diálogos de antología. Y aún no siendo uno amante o seguidor del far west, se disfruta de igual manera. Lo inteligente de la dirección es no dejar a nadie afuera, permitir la entrada al juego propuesto y una diversión a lo grande.

Los actores entendieron la propuesta y se suman sin prejuicio alguno. Sancho Gracia (visto hace poco en El crimen del Padre Amaro) como el veterano anti héroe se luce a sus anchas vanagloriándose como el amigo de un tal Clint Eastwood (atenti a la escena final… ¡una joyita!), y Angel de Andrés es el contrapunto ideal como su envidioso compañero de andanzas. Todo el grupete que los acompaña merece mención de honor, y Carmen Maura… sólida como siempre. El niño Luis Castro, sin ser una maravilla, es lo suficientemente simpático como para no desentonar; y a propósito de éste y como frutilla para el postre, su escena en la cama con una morocha para el infarto habla a las claras de la libertad con la que se filma en Europa, y pondrá rojo de envidia a nuestro Jorge Polaco, quien con muchísimo menos se comió un juicio y jamás pudo estrenar su Kindergarten.

Larga vida a Álex de la Iglesia, y como diría un compatriota: ven a verla tío… ¡que está rebuena!

Título: 800 balas.
Título Original: Idem.
Dirección: Álex de la Iglesia.
Intérpretes: Sancho Gracia, Ángel de Andrés López, Carmen Maura, Eusebio Poncela, Luis Castro, Manuel Tallafé, Enrique Martínez, Eduardo Gómez, Luciano Federico, Terele Pávez, Ramón Barea, Cesáreo Estébanez.
Género: Wester, Comedia, Acción, Aventura.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 124 minutos.
Origen: España.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Lumiére Films.
Fecha de Estreno: 18/09/2003.

Puntaje: 9 (nueve)

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