Por Pablo Marín
Dos años atrás, con el estreno de El hombre que nunca estuvo, Joel y Ethan Coen asentaban su posición de cineastas in/off Hollywood. De este modo, mientras que sus películas eran muchas veces producidas por majors (20th Century Fox, Warner Bros., Universal), por el contrario, rara vez dependían de otra persona para la creación y la supervisión artística (cómo explicar sino la elección de rodar en blanco y negro en pleno auge del retoque digital de imágenes).
Como bien se deduce del empleo del tiempo pasado, todo cambió con El amor cuesta caro. Mucho más cerca del in que del off en lo que a industria respecta, esta última realización de los hermanos Coen encuentra su definición casi por oposición a las inquietudes temáticas y estilísticas planteadas de Simplemente sangre en adelante (y por qué no, compiladas magistralmente en El gran Lebowski): desde ser la única película no escrita por la dupla hasta el hecho de presentar una notable –y ciertamente indignante- disminución de sus ya características marcas de enunciación (el ralentado y el trucaje de la banda de imagen, la plasticidad de los movimientos de cámara complementados musicalmente, los constantes guiños al espectador).
Adueñándose de todo ese explotable género que es la comedia romántica, los Coen se valen de un afilado George Clooney y de una no-tan-insignificante Catherine Zeta-Jones para contar su propia batalla de los sexos. Una batalla mucho más despiadadamente económica que en los clásicos de Hawks (La adorable revoltosa, 1938), Cukor (Historias de Filadelfia, 1940) y hasta Hitchcock (Casados y descasados, 1941). Una batalla donde el arma definitiva es el contrato prenupcial.
Si bien El amor cuesta caro se mantiene sola como una cinta divertida, ágil e imposible de no gustar, encierra en su interior una historia mucho más oscura y patética. Algo así como una tragedia. La decisión de dos tipos que supieron ser representantes, junto a David Lynch, Spike Lee y Abel Ferrara, de lo más interesante del cine norteamericano de los últimos tiempos y que por una razón o por otra dijeron basta y se bajaron del tren para asociarse con Brian Grazer (Apollo 13, El profesor chiflado), Zeta-Jones y lo que estos representan (una postura reaccionaria, tanto política, religiosa o sexualmente hablando). Una lástima…
Lástima que no se dieran cuenta de que esa sociedad les costaría muy caro. ¿Cuánto? Lo suficiente para arruinar una trayectoria que supo mantenerse durante los últimos veinte años, y a través de sus nueve largometrajes (de Simplemente sangre a El hombre que nunca estuvo), a un costado del discurso hegemónico de Hollywood. Y que supo también fascinar o indignar a su espectador sin aceptar términos medios. Una trayectoria que nunca creyó en lo “normal”.
Título: El amor cuesta caro.
Título Original: Intolerable Cruelty.
Dirección: Joel Coen.
Intérpretes: George Clooney, Catherine Zeta-Jones, Geoffrey Rush, Billy Bob Thornton, Cedric the Entertainer, Edward Herrmann, Richard Jenkins, Paul Adelstein y Julia Duffy.
Género: Comedia, Romance.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 100 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: UIP.
Fecha de Estreno: 20/11/2003.
Puntaje: 6 (seis)