Por Sergio Dobosz
No existe duda alguna al destacar la interesante producción fantástica del cine francés del 2001; films como Pacto de lobos y, el que nos ocupa, Vidocq, pertenecen a esa corriente de obras frenéticas y fascinantes del cine europeo contemporáneo.
Vidocq, del naciente director Pitof (y futuro responsable de Catwoman con Halle Berry), se conecta con un universo en donde incluye a la novela gótica, el serial francés, el cómic, la ciencia-ficción y el infaltable cine de Hong Kong. Todo esto, empaquetado bajo un diseño digital que separa el espacio fílmico y lo ubica al servicio de una historia detectivesca al mejor estilo de Conan Doyle.
El film nos ubica en París de 1830, rodeado de pasadizos oscuros, noches tenebrosas y calles frecuentadas por personajes enigmáticos; un París lúgubre, intrigante y siniestro es el escenario en el que discurre Vidocq; experiencia sensorial a través de la cual se abre paso este thriller fantástico, al igual que los protagonistas de la historia, entre los bajos fondos de una ciudad convulsionada por importantes cambios sociales y políticos. Vidocq abre en una fundición de vidrio llena de laberínticos pasillos subterráneos, en la que el detective que da título al film desaparece inmolado por las llamas de un horno tras enfrentarse al malvado Alquimista. A partir de ahí, comienza la investigación de lo sucedido cuya conducción estará a cargo de Etienne Boisset (Guillaume Canet), un joven periodista, biógrafo de Vidocq, que tratará de hallar respuesta al enigma siguiendo los pasos de la popular figura.
Pitof recupera un personaje real que ha pasado a formar parte, con el transcurso de los años, del imaginario galo. Vidocq (interpretado por Gérard Depardieu) fue un famoso ladrón del siglo XIX que acabó convertido en policía y entre cuyas aportaciones al cuerpo de seguridad se encuentran la creación de la Sureté y la introducción de la balística en la investigación criminal. Vidocq, que al igual que el detective de La leyenda del jinete sin cabeza de Tim Burton, tiene conocimientos científicos y usa extraños artilugios; el público lo considera un héroe y su desaparición conmociona a la población y a las autoridades de la ciudad. Pero su paso de delincuente a investigador y sus posteriores hazañas son resumidas durante los títulos de crédito iniciales a través de los titulares de algunos periódicos, por lo que en todo caso, más que tratarse de una película sobre Vidocq, el film es una reconstrucción de uno de sus casos, el que le conduce a la perdición. También habría que señalar que Vidocq, como personaje, no puede evitar verse eclipsado por la carismática figura del Alquimista, un criminal con poderes sobrenaturales que se esconde tras una máscara espejada. Sus víctimas se ven reflejadas en ella en el momento de su muerte, y es entonces cuando ésta absorbe sus almas y se ve fortalecida. Una vez más nos encontramos ante una reinvención de la leyenda del vampiro, un eslabón más en esa tradición cinematográfica en la que la mirada del asesino -o el objetivo de su cámara- roba la vida a sus presas.
Pitof hace de Vidocq un film que funciona de referente estilístico para el futuro del cine y genera una propuesta arriesgada que cuestiona las costumbres cinéfilas actuales. Un cine que, en el extremo opuesto a ese otro -también francés-, intimista, dialogado y costumbrista, intenta erigirse con identidad propia bebiendo de su propia tradición y conjugando su experimental apuesta con la comercialidad; además de destacarse por su tratamiento visual, no descuida la construcción de personajes envueltos ellos en una trama misteriosa y emocionante que explota en final sorpresivo. Se podría decir que Vidocq es una respuesta agresiva nacida de la escuela de Jean-Pierre Jeunet (en la cual Pitof fue colaborador), que reformula la aventura romántica y gótica y que cuenta desde su génesis con raíces netamente revolucionarias; Vidocq es un film que busca en forma decisiva el entretenimiento de primer nivel de manera tal de satisfacer a un público hambriento de nuevos y enigmáticos mundos emergentes del frenesí audiovisual.
Título: Vidocq: Muerte en París.
Título original: Vidocq.
Dirección: Pitof (Jean Christophe Comar).
Intérpretes: Gérard Depardieu, Guillaume Canet, Inés sastre, André Dussollier y Edith Scob.
Género: Thriller, Crimen, Fantasía.
Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 96 minutos.
Origen: Francia.
Año de realización: 2001.
Editora: Transeuropa Video Entertainment.
Fecha de estreno: 04/12/2003.
Puntaje: 6 (seis)