Por Emiliano Fernández
En La Vida y Todo lo Demás nuevamente quedan de manifiesto el carácter arrollador del cine de Woody, su maestría narrativa y en especial ese inconformismo en lo que respecta a nunca quedarse dormido en los laureles y abrir siempre el abanico hacia nuevos actores como Jason Biggs que se luce interpretando a otro típico álter ego de Allen.
Sin duda una de las grandes obsesiones de Woody Allen a lo largo de los años ha sido -y sigue siendo- el relativismo filosófico, un planteo que remarca continuamente la ausencia de respuestas absolutas y que en términos prácticos se traduce en esa tendencia a desmenuzar cada situación y/ o estado de la vida de sus personajes para luego dejar en claro que todo intento por aprehender lo acontecido termina siendo hasta cierto punto en vano. De todas formas el neoyorquino nunca cae en el nihilismo negativo, el que destruye sin proponer algo que ocupe el lugar de las instituciones científicas o religiosas derribadas (porque siempre el espacio vacío reclama algún tipo de precepto general); por el contrario disfruta enfatizando que el viaje de la vida puede ser muy gratificante, incluso con su falta de certeza o sentido (la búsqueda de respuestas ofrece un camino de lo más sorprendente).
Dicho de otro modo, gran parte de la producción del director se hace un verdadero festín con las ironías de la existencia cotidiana y con el modo en que los diferentes estratos en ocasiones se superponen para complicar nuestros planes, sacar a relucir nuestras miserias y finalmente obligarnos a aceptar que la incertidumbre -en mayor o menor medida- es la única regla universal en el trajín diario. La elegante La Vida y Todo lo Demás (Anything Else, 2003) no constituye una excepción dentro de estas recurrencias temáticas y formales: el film analiza detalladamente los distintos planos que componen el devenir de Jerry Falk (Jason Biggs), un joven que sobrevive escribiendo rutinas cómicas y desea convertirse en novelista. De a poco Allen nos presenta los vaivenes del susodicho en materia de amor, amistad y trabajo, siempre articulando las situaciones con su extraordinario humor negro.
Como era de esperar, la mayoría del metraje está dedicado a la vida sentimental de Falk, quien se enamora perdidamente de Amanda Chase (Christina Ricci) y termina dejando a su novia del momento, Brooke (KaDee Strickland). A nivel laboral el protagonista depende de las buenas intenciones de un agente bastante ineficaz, Harvey Wexler (Danny DeVito), y de los consejos de un “colega” un tanto delirante e impredecible, David Dobel (jugado por el propio Allen). El asunto se comienza a enredar cuando llega la crisis a la pareja debido al desinterés sexual de Amanda para con Jerry, circunstancia que se agrava por el arribo de Paula (Stockard Channing), la madre de Amanda, al departamento que comparten en New York. Todo se irá alineando para que las certezas acumuladas estallen: los celos de Jerry, su insatisfacción creativa, la difícil convivencia con Paula y el fetiche de Dobel con las armas.
En La Vida y Todo lo Demás nuevamente quedan de manifiesto el carácter arrollador del cine de Woody, su maestría narrativa y en especial ese inconformismo en lo que respecta a nunca quedarse dormido en los laureles y abrir siempre el abanico hacia nuevos actores, a veces con mayor fortuna y en otras ocasiones con resultados poco interesantes. Hoy Biggs se luce interpretando a otro típico álter ego de Allen, un personaje que no recibe respuestas satisfactorias de nadie de su entorno cercano (ni siquiera el psicólogo le responde sus inquietudes, siempre retrucando con otro interrogante vía “asociación libre”). Un elemento interesante -y administrado con suma inteligencia- es el conjunto de interpelaciones a cámara del protagonista, esos comentarios metadiscursivos que sirven para enriquecer el rango de emociones de esta reflexión maravillosa sobre la paranoia y la ansiedad sociales…
Título: La Vida y Todo lo Demás
Título original: Anything Else
Director: Woody Allen
Género: Comedia, Romance
Intérpretes: Jason Biggs, Christina Ricci, Woody Allen, Danny DeVito, Jimmy Fallon y Stockard Channing
Duración: 108 minutos
Origen: Estados Unidos
Año Realización: 2003
Fecha Estreno: 11/03/2004
Puntaje 8 (ocho)