Por Juan Blanco
Cambia una cosa y cambiará todo… reza el slogan de El efecto mariposa desde su afiche publicitario. Claro que tal afirmación no se entiende sin el contexto que es la película misma, pero la idea es más o menos así: un muchacho seriamente trastornado descubre que puede volver al pasado con tan sólo leer su diario íntimo (que lleva desde que tiene siete años) y cambiar así todos los acontecimientos a partir de esa instancia específica.
La infancia de Evan Trevorn no fue de esas particularmente felices: su padre acabó internado en un hospital psiquiátrico tras manifestar una demencia muy peligrosa, sus amigos lo llevaron a mudarse de barrio (el padre de dos de ellos llegó a abusar sexualmente de él), su madre nunca supo cómo lidiar con algunos bloqueos-desmayos que Evan tuvo desde pequeño, y en fin, nada parecía salirle bien a este muchacho de pueblo chico incapaz de llevar una existencia amena y libre de horrores.
Pero Evan alcanza a crecer lejos del infierno de su infancia y llega a parecerse mucho a Ashton Kutcher (en un rol -además del de productor de la película- bastante más jugado que en el resto de su carrera como actor), ya para ese entonces normalizado y en plena universidad.
Pero un buen día el joven toma su diario íntimo para impresionar a una chica del campus y de golpe vuelve a tener uno de esos bloqueos-desmayos, consiguiendo así liberar uno de los recuerdos reprimidos de la infancia (cada vez que éste se desmayaba acontecía una acción sonámbula que después no recordaba), para luego descubrir que con cada lectura de algún momento pasado puede volver personalmente a cambiar ese acontecimiento.
Tras el descubrimiento, Evan comienza una investigación en retrospectiva de su niñez traumada, intentando sacar a la luz algunos episodios anulados por su mente y así ver si puede lograr ese estado de paz interior siempre buscado y nunca conseguido. Pero cuando se aventura a la investigación, algo malo pasa y Evan desde ese momento procede a alterar el tiempo, cambiando el pasado- futuro de su vida y la de sus allegados, ocasionando desastres en cadena y arruinando la existencia de todos.
El efecto mariposa recurre a una fórmula ya gastada, que es la famosa manipulación espacial- temporal que alcanzó la cumbre con Volver al futuro, vista también en Desafío al tiempo y en docenas de títulos menores que creyeron vislumbrar la luz en tal especulación. Y si de especulaciones se trata, El efecto mariposa afana a lo grande.
Evan vuelve a cambiar muchos episodios, tantos que llega un punto en el que no hay guion que resista cambios tan sucesivos e ilógicos. Lo bueno del asunto es que la película divierte por la diversidad de situaciones y porque no hay un sólo minuto en que no acontezca algo importante o crucial para el desarrollo de la trama. Pero El efecto mariposa no tarda mucho en volverse insostenible en términos de verosimilitud, y eso es grave.
Tampoco ayuda la ambición melodramática de la propuesta, donde el artificio del relato jamás logra corresponderse con el realismo dramático que encierra (o al menos lo pretende) su protagonista.
Así y todo, El efecto mariposa se disfruta y puede que enganche, pero definitivamente no llena y queda a la sombra más oscura de aquellos proyectos sobre el mismo tema mucho mejor ejecutados. El premio más gordo quizás sea verlo a Kutchter en algo distinto y evitando las caras de tonto del Kelso de That 70’s Show, aunque tampoco es mucho…
Título: El efecto mariposa
Título original: The Butterfly Effect
Dirección: Eric Bress, J. Mackye Gruber
Intérpretes: Aston Kutcher, Amy Smart, Elden Henson y Melora Walters
Calificación: Apta para mayores de 16 años
Género: Drama, Misterio, Sci-fi
Duración: 113 minutos
Origen: Estados Unidos, Canadá
Año de realización: 2004
Distribuidora: Fox.
Fecha de estreno: 24/06/2004
Puntaje 6 (seis)