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sábado, 23 noviembre 2024
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Los guantes mágicos: Un remisero sin rumbo

Por Pablo E. Arahuete

Martín Rejtman fue uno de los exponentes de lo que se denominó Nuevo cine argentino, cuyo origen se remonta a la primera edición del film Historias breves y su consolidación llega con Pizza, birra, faso. De incuestionable repercusión en el panorama cinematográfico local, para ese entonces necesitado de nuevos enfoques, el fenómeno permitió la introducción de dos elementos novedosos: la realidad social con una fuerte presencia de la marginalidad, los adolescentes y aquellos temas urgentes y, por otro lado, la propuesta de estilos y pequeños universos personales, donde la fuerza reside en el trasfondo, las formas, los detalles, las atmósferas y no en la verosimilitud de las historias. En ese segundo grupo, donde prevalecen los microscópicos lugares sin tiempo, se inscribe el cine de Rejtman y su tercera obra Los guantes mágicos. Con sus anteriores entregas, Rapado y Silvia Prieto, puede trazarse en este film el mismo recorrido incierto, absurdo, con ribetes de vacío existencial en los que se ven envueltos los personajes. El azar determina que Alejandro y Piraña se conozcan durante un viaje en el remis conducido por Alejandro.

Piraña dice conocerlo porque le recuerda a un compañero de colegio de su hermano, quien actualmente está trabajando en Canadá como actor porno. Así, lo invita al remisero, junto a su novia, a cenar para escuchar su disco recién terminado, pero aquel desiste. Pese a la negativa, intercambian tarjetas. Alejandro está sumido en la abulia, estancado en el asiento de su alicaído Renault 12, atrapado en la inercia. Su rostro es la expresión del desencanto. Acepta la proposición de Piraña de ocupar, temporariamente, el departamento vacío del actor porno a cambio de viajes en remis. La novia de Alejandro sufre de depresión y el cóctel de antidepresivos que toma no le alcanza. Alejandro sigue inmerso en su deambular hacia ninguna parte.

A medida que el film avanza por viñetas de la vida cotidiana, con el humor corrosivo y esa naturalidad perturbadora, se incrementa la sensación de vacío en los personajes. La verborragia casi patológica, los parlamentos monótonos e imposibles pretenden llenar ese vacío, como así también la búsqueda de soluciones mágicas. En este punto se manifiesta el costado crítico, mordaz, menos benévolo e ingenuo de la película. Entonces, el absurdo se resignifica en un alto grado de patetismo, reflejo de un país que tampoco avanza.

El Renault 12 es la metáfora adecuada para resumir los resultados nefastos de la crisis económica que sin dudas aportó miles de remises en la calle, miles de fármaco dependientes (como la novia) o igual cantidad de esperanzas depositadas en soluciones mágicas (como importar unos guantes –los mágicos- para cuando venga el invierno). Vicentico se adapta con notable naturalidad al esquema de Rejtman en su trabajo más redondo y nostálgico.

Título: Los guantes mágicos.
Título Original: Idem.
Dirección: Martín Rejtman.
Intérpretes: Gabriel Fernández Capello, Valeria Bertuccelli, Fabián Arenillas, Susana Pampín, Cecilia Biagini, Diego Olivera y Leonardo Azamor.
Género: Drama, Comedia.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 90 minutos.
Origen: Argentina/ Francia/ Alemania/ Países Bajos.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 27/05/2004.

Puntaje: 8 (ocho)

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