Para evitar un error de juicio al ver Zatoichi hay que olvidarse del Takeshi Kitano moroso, existencialista y melancólico que conociéramos en películas como Flores de fuego (mi favorita dentro de una filmografía algo despareja), Boiling Point o Sonatine. Por primera vez en su no muy extensa carrera cinematográfica –que se iniciara en 1989 con Violent cop-, Kitano tomó un material ajeno para despacharse con una de samuráis tan violenta como sus secas radiografías de la yakuza (la mafia nipona). El personaje que le da título al undécimo filme de este multifacético artista –además de cineasta es pintor, poeta, actor cómico, conductor de popularísimos programas de televisión, montajista, etc.- es un peregrino ciego experto en masajes y más diestro aún en el uso de la espada que oculta en su bastón. Zatoichi fue encarnado en veintiséis oportunidades por el idolatrado Shintaro Katsu en las décadas del sesenta y setenta. También se hizo una serie de TV que cuenta con cien episodios grabados. Y en 1989 hasta los americanos se vieron tentados de concretar su propia versión del prodigioso espadachín con la muy menor Furia ciega (primer trabajo por encargo para Hollywood del australiano Phillip Noyce). El rol principal recayó en el carismático holandés Rutger Hauer, quien en el final entablaba un corto pero intenso duelo con otro japonés ducho en artes marciales que buscó infructuosamente hacerse la América de la mano de los productores israelitas Menahem Golan- Yoram Globus (dueños del extinto Cannon Group) para luego caer en el olvido: Sho Kosugi (¿alguien recuerda la ochentosa serie Maestro ninja, con Lee Van Cleef?).
Como el célebre Nippur de Lagash, Zatoichi es un héroe nómada de moral y códigos intachables que responde con violencia inaudita cuando se enfrenta a la maldad pero que sabe diferenciar a una persona ruin de otra simplemente mal encaminada. Y reacciona en consecuencia. Tal es así que cuando intuye que las hermanas geishas van a intentar asesinarlo junto a su amigo para robarles, les permite confesarse y contar su trágica historia. Para eventualmente ponerse de su lado en la lucha contra los mafiosos locales que masacraron a toda su familia por ambición siendo ellas apenas unas niñas. Como en muchos westerns, nada se sabe del pasado de Zatoichi. Una vez más, el samurái es la herramienta de la que se vale la Justicia más perentoria para que los villanos paguen el precio por la crueldad de sus actos. Y las cosas vuelvan a un aparente orden hasta que un nuevo pueblo se cruce en el horizonte del errante justiciero reiniciándose así el ciclo (pues el bien y el mal no descansan nunca).
Kitano narra esta historia de manera mucho más accesible y comercial para el gusto del espectador promedio pero sin traicionarse en el proceso. Hay en Zatoichi una complejidad estructural –acaso con algún atisbo de capricho en determinados pasajes que parecen descolgados del resto de la película- y una elaborada relación entre sonido e imagen que termina deviniendo en un fastuoso y rítmico cuadro musical que no puede más que causar asombro por la audaz jugada estética que propone su director. Entre el despliegue sanguinolento del género denominado chambara (el mismo de Kill Bill, aunque la sangre de Zatoichi es 100% digital y le hace perder un poco de realismo) y un humor efectivo, directo, omnipresente en toda la obra, se va construyendo un relato de aventuras modélico y con algunos detalles avant-garde que los seguidores del creador de Escenas frente al mar sabrán agradecer como corresponde. A los que odiaron al Kitano metafísico, he aquí una oportunidad única para reivindicarse con un autor al que hay que respetar por su personalísimo acercamiento -repleto de licencias y exabruptos como el cabello platinado que luce con su habitual imperturbabilidad- a un paladín popular tan transitado. Es lo menos que se merece.
Título: Zatoichi.
Título Original: Idem.
Dirección: Takeshi Kitano.
Intérpretes: Takeshi Kitano, Tadanobu Asano, Michiyo Oguso, Yui Natsukawa, Guadalcanal Taka, Daigoro Tachibana, Yuko Daike, Ittoku Kishibe, Saburo Ishikura y Akira Emoto.
Género: Acción, Comedia, Crimen.
Clasificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 115 minutos.
Origen: Japón.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 30/12/2004.
Puntaje: 8 (ocho)