Por Omar Tubio
Julia Lambert es la actriz más prestigiosa en el Londres de los años 30, sus obras llenan los teatros más allá de la calidad del texto, la atracción principal es ella y el público la adora sin reparos. Pero Julia en su intimidad no es 
precisamente un dechado de virtudes. Su egocentrismo, su repentina irritabilidad y su tendencia al melodrama están siempre a flor de piel. Ahora está cansada y algo aburrida, ya no es joven pero conserva una otoñal belleza que bien podría haberse visto reflejada en una pantalla cinematográfica, aunque como ella misma dirá: “…las verdaderas actrices solo pisan las tablas de un escenario”. Su actual temporada teatral es como siempre un éxito, pero ella necesita un descanso y así se lo hará saber a su esposo, con quien ahora la unen los negocios, un hijo y una cordial amistad, a pesar de seguir conviviendo juntos. Un joven admirador americano romperá su actual abulia y casi sin quererlo terminará cediendo a su nada sutil seducción. El muchacho tiene edad para ser su hijo pero un poco por deporte y otro poco por ambición logrará hacer de Julia una amante rendida a sus pies.
Todo irá bien hasta la aparición de una bella e insinuante aspirante a actriz que muere por trabajar al lado de la diva y que para lograr su objetivo seducirá primero a su joven enamorado y luego a su esposo. Con semejante panorama y el corazón destrozado, Julia planeará una venganza sutil y de aristas teatrales, poniendo de manifiesto su dominio en el terreno que conoce como nadie: el escenario.
Una novela de W. Somerset Maugham, Teatro, es la base de la que se sirve el director húngaro Istvan Szabó (Mephisto, Coronel Redl) para concretar esta fina y elegante comedia totalmente alejada de los films que le dieron prestigio mundial. Aunque conocedor del ambiente teatral, el realizador se muestra sorpresivamente muy cómodo manejando el ritmo y la levedad necesarios para la feliz concreción de un proyecto de estas características para el que contó con un reparto de singular calidad.
Comenzando por una Annette Bening en estado de gracia, quien dota a Julia Lambert de una humanidad asombrosa. Capaz de transmitir y sobrellevar la 
grandilocuencia necesaria para definir un personaje que está siempre al borde de la impostura, como de emocionar y quebrar en los momentos en que su criatura se muestra vulnerable y humana. Un trabajo que le valió su segunda y merecida nominación al Oscar y que perdió por un pelín a manos de Hillary Swank y su chica del millón. Rodean a Bening el siempre eficaz Jeremy Irons, el veterano Michael Gambon, la excelente Juliet Stevenson como su fiel asistente y un sensible Bruce Greenwood en un rol diferente a lo acostumbrado.
Una simpática intrusión al mundo del teatro entre bambalinas, con sus meollos, competencias y curiosos personajes que sirven de marco únicamente para contar una historia que, aún habiendo sido abordada millones de veces, no deja de tener su encanto cuando se la sabe disfrazar como es debido. Después de todo, desde que el mundo es mundo, el amor es el mejor remedio para la salud.
Título: Conociendo a Julia.
Título Original: Being Julia.
Dirección: István Szabó.
Intérpretes: Annette Bening, Jeremy Irons, Shaun Evans, Michael Gambon, Catherine Charlton, Maury Chaykin, Bruce Greenwood y Miriam Margolyes.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 104 minutos.
Origen: Canadá/ EE.UU./ Hungría/ Reino Unido.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 24/03/2005.
Puntaje: 7 (siete)
