Capitalizando rápidamente su exitosa presentación en la sección “La mujer y el cine” del 20º Festival de Mar del Plata -me refiero estrictamente a la asistencia de público no al consenso general sobre la calidad de la obra-, en el cual la realizadora debutante Éléonore Faucher recibió un premio no oficial por su trabajo, acaba de llegar a las salas capitalinas La trama de la vida, drama pueblerino francés de escaso interés aunque innegablemente bien interpretado por las actrices Lola Naymark (una joven pelirroja que demuestra tanto carácter como belleza física) y Ariane Ascaride (en una vena más sutil y elaborada sin desmerecer por ello a su colega). De hecho, llamó la atención el nivel errático de la programación de la citada sección cuando en años anteriores supo ser uno de los puntos fuertes del festival. En fin, ya lo dijo el mítico filósofo Tu-Sam: puede fallar…
El guión de La trama de la vida (para variar, un título en castellano mejor escogido que el original: Bordadoras) no aporta nada nuevo, está estructurado de forma clásica, lineal, y estilísticamente no excede cierta sobriedad típica en las películas de cámara. En principio, es la historia de Claire (Lola Naymark), una chica de dieciocho años proveniente de una familia campesina que no la comprende y con la cual apenas si mantiene un contacto mínimo. Cuando le informan que está embarazada –hecho fortuito, no deseado-, Claire no duda en la decisión de tener al bebé. El conflicto, ya que el padre de la criatura queda prontamente desafectado del problema por la misma joven, pasa por conservarlo y criarlo o cederlo en adopción a una pareja que pueda darle todo lo que necesita y que ella lejos está de conseguirle con su módico sueldo de cajera de supermercado. En los ratos libres Claire se dedica a diseñar estampados bordados a mano con los que sueña ganarse la vida algún día. Obligada a guardar las apariencias hasta que nazca el niño –el dicho que reza “pueblo chico, infierno grande” sigue vigente aún en el siglo XXI- la adolescente le pide trabajo como costurera a Madame Mélikian, una viuda madura de origen armenio que acaba de perder a su único hijo en un absurdo accidente de tránsito, a quien los grandes modistos de París le hacen encargos debido a la belleza de su arte. Claire es tomada tras una prueba y entre estas mujeres muy distintas desde todo punto de vista –cultural, social e incluso étnico- comienza a entretejerse una relación de amistad muy especial que, si bien no puede catalogarse como de madre e hija, las ayuda a sobreponerse de sus miedos, angustia, depresión y soledad.
La trama de la vida, como habrá interpretado el lector por el esbozo argumental, no padece de picos ni de caídas dramáticas y no será del gusto de quienes se deleitan con un tipo de cine más dinámico y adrenalínico que este. Como entretenimiento, vale decirlo, el filme cae de inmediato en una meseta de la que no sale más. Y además, inquietud personal, ¿existirá una ocupación menos cinematográfica que la que aborda Éléonore Faucher? Aunque se trate de un mero vehículo para propiciar una metáfora sobre el vínculo que se establece entre los personajes… dejémonos de jorobar, por favor. No se puede hacer una película así y quedar impune. No la recomiendo ni para una tarde de lluvia.
Título: La trama de la vida.
Título Original: Brodeuses.
Dirección: Eléonore Faucher.
Intérpretes: Lola Naymark, Ariane Ascaride, Marie Felix, Thomas Laroppe, Arthur Quehen, Jackie Berroyer.
Género: Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 89 minutos.
Origen: Francia.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Telexcel.
Fecha de Estreno: 07/04/2005.
Puntaje: 4 (cuatro)