Por Pablo Arahuete
Un film que pese a sus deficiencias asume un riesgo desde su mirada particular sobre un tema tabú con una propuesta estética y narrativa prolija.
Géminis, tercer opus de Albertina Carri (No quiero volver a casa; Los rubios -2003-) es una tragedia clásica, con abundantes dosis de grotesco, cuyo marco es el seno de una familia burguesa argentina. La familia, esa institución sagrada, parece ser para Carri una obsesión y aún mejor si se trata de una disfuncional.
Lucía (Cristina Banegas) opera como el centro donde confluyen las historias de cada integrante pero a la vez constituye el blanco ideal para la crítica y la farsa, muy poco sutil, que Carri realza como contrapeso frente al tono trágico de la historia. Ese registro dramático sumerge al relato en un clima íntimo y sugestivo.
El motor del film es un secreto, compartido con el espectador desde los primeros minutos, cuyo descubrimiento preanuncia un desenlace trágico. Meme (María Abadi) y Jere (Lucas Escariz) son hermanos de sangre pero están enamorados el uno del otro y no pueden renunciar al deseo, pese a su falta moral. Quizás como rebeldía ante las costumbres conservadoras de la familia, que festejará el compromiso de su hijo mayor Ezequiel (Damián Ramonda) y su reciente esposa española (Julieta Zylberberg), o simplemente para no terminar en una escalada de indiferencia e hipocresía como su padre Daniel (Daniel Fanego) o la alcohólica y negadora Lucía.
En ese vértigo de encuentros a escondidas en el baño o en una disco; tanto en el afuera como en el adentro, corriendo el riesgo de ser descubiertos in fraganti por alguien, se va instrumentando desde el guión la idea del incesto despojada del prejuicio moral. Carri propone al espectador el rol de voyeur y no el de juez o parte. Al tiempo que cierta sensualidad y erotismo dotada del gusto por lo prohibido emerge con mucha fuerza desde los personajes, la tensión en el vínculo familiar se acrecienta y la idealización del núcleo familiar se va resquebrajando y diluyendo.
El proceso de ruptura se manifiesta desde dos zonas bien definidas, cuyo centro recae en el personaje de la madre (negadora), quien intenta mantener las apariencias pero manifiesta desde su patetismo y vulnerabilidad el fracaso de su empresa.
La zona más fallida del film radica en la intención de subrayar esa decadencia -explícita en la trama- con los recursos del grotesco, cuya funcionalidad obedece exclusivamente a desviar el foco de atención para sorprender en el tramo final. Otra falencia del film es la de haber contado con un elenco que mezcló debutantes y actores consagrados, sin lograr un resultado acorde a la historia. Sin embargo, Carri acertó con la puesta en escena que le permitió absoluta autonomía a la cámara deambuladora de Bill Nieto.
Título: Géminis.
Director: Albertina Carri.
Intérpretes: Cristina Banegas, Daniel Fanego, Maria Abadi, Lucas Escariz, Julieta Zylberberg, Damián Ramonda, Silvia Baylé, Lucrecia Capello, Gogó Andreu y Beatriz Spelzini.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Género: Drama.
Duración: 85 minutos.
Origen: Argentina, Francia
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 09/06/2005
Puntaje 7 (siete)