Por Omar Tubio
Bruce Willis es marca registrada. Un nombre fuerte dentro de la industria cinematográfica que inspira respeto y, se sabe, atrae multitudes. Aunque últimamente ande de capa caída gracias a un par de películas algo fallidas que no terminaron de convencer al gran público (Lágrimas del sol y la secuela de Mi vecino el asesino). Así y todo, y a diferencia de otros íconos del cine de acción ya devaluados, Willis se mantiene vigente demostrando que es un actor todo terreno no supeditado a un género determinado.
Bajo amenaza lo devuelve a un personaje -con las variantes del caso- ya más o menos transitado en diversas oportunidades. Jeff Talley tiene un poco del John McClane de la saga de Duro de matar o de cualquiera de sus otros personajes en Pulp fiction o El último boy scout. El hombre aquejado por circunstancias íntimas que afectan su desempeño laboral o que atraviesa por crisis familiares y que se ve envuelto, casi sin comerla ni beberla, en las más peligrosas situaciones límite son casi un sello en la filmografía del actor.
En este caso, Talley es un reputado mediador de delincuentes, que da por terminada su carrera cuando una toma de rehenes en la ciudad de Los Angeles termina de manera sangrienta y con víctimas inocentes. Decidido a cambiar de vida se radica en un pueblito perdido en donde la tarea policial es rutina diaria y no acarrea mayores sobresaltos. Una mañana, una fastuosa mansión es ocupada violentamente por tres jóvenes asaltantes y la tranquilidad se acaba para nuestro querido Bruce. Lo que en principio iba a ser un robo “de toco y me voy” se complica hasta más no poder a raíz de los chanchullos ocultos del damnificado en cuestión. Secretos gubernamentales encriptados en un DVD celosamente guardado pondrán los pelos de punta a los principales interesados que harán lo imposible por recuperarlos. Para ello cuentan con la pericia y experiencia del ex mediador que encima deberá actuar con la espada en la nuca para no poner en peligro la vida de su propia familia, ahora en manos de sus amenazantes extorsionadores.
Si todo esto les parece demasiado, la película se reserva más sorpresas y varios giros en la trama, como para mantener al espectador entretenido y absorto con lo que ve en pantalla.
Florent Emilio Siri es un director francés que hace su debut en Hollywood con este film, y la verdad sea dicha, no defrauda. Willis produce y su confianza no ha sido en vano. No se le pidió una obra maestra ni nada parecido, solo un buen film de acción trepidante, que no decaiga en el ritmo y que esté bien filmado. La tarea fue cumplida y todos contentos.
Como plus hay un buen plantel de actores secundando a la estrella: Kevin Pollak, un inquietante Jonathan Tucker, Ben Foster y hasta la propia hija de Bruce: Rumer, fruto de su matrimonio con Demi Moore. A él se lo ve como siempre, adusto, confiado y con ese gesto en su rostro que lo caracteriza, que hace que sus fans (entre los que me cuento) se rindan a sus pies haga lo que haga.
Quizás no haya otro actor más subestimado que Bruce Willis en el cine americano, y quizás esta Bajo amenaza no sea de sus mejores películas, pero sí un digno pasatiempo y otra oportunidad para disfrutar de su enorme carisma.
Título: Bajo amenaza.
Título Original: Hostage.
Dirección: Florent-Emilio Siri.
Intérpretes: Bruce Willis, Kevin Pollak, Jimmy Bennett, Michelle Horn, Ben Foster, Kim Coates, Marshall Allman, Jonathan Tucker, Serena Scott Thomas, Rumer Willis y Robert Knepper.
Género: Acción, Thriller.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 113 minutos.
Origen: EE.UU./ Alemania
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 28/07/2005.
Puntaje: 7 (siete)