Por Pablo E. Arahuete
Era necesario un film como El viento para que Eduardo Mignogna volviese a su rol más cómodo y fructífero: el de narrador de historias pequeñas. Espacio que parecía haber descuidado cuando se volcó al traspié de Cleopatra en el estancado formato comercial y lavado de todo tipo de sutilezas, o en menor medida con su anterior producción La fuga, de la que pese a sus defectos narrativos pueden rescatarse buenos segmentos.
En su opus siete, el realizador compone a través de un relato intimista -lindante con lo minimalista- un film pausado, con un interesante manejo de los tiempos muertos. El eje dramático se concentra en la idea del encuentro y el desencuentro y en su revés desde la distancia y la cercanía. A diferencia de El faro, film donde Mignogna exponía demasiado a sus personajes al nivel de desnudarlos frente al espectador, aquí propone una aproximación
y a partir de allí, el descubrimiento paulatino de secretos o verdades veladas a la protagonista.
Este aspecto se consolida en la elección de la impactante Antonella Costa y un Federico Luppi sin excesos, capaz de imprimir un tiempo propio a la película. Dada la importancia de los elementos y los detalles no es conveniente anticipar muchos aspectos de la trama. Frank Osorio (Luppi) acaba de enterrar a su hija, con quien convivió en su modesta casa de campo durante largo tiempo. Una despedida al pueblo natal con rumbo a la ciudad para terminar asuntos y lavar culpas antes de morir suponen un encuentro postergado con su nieta ya instalada hace años. Alina (Antonella Costa), con quien lleva años sin verse, recibe la inesperada noticia. Distante y siempre a la defensiva, ella intenta indagar sobre su pasado pero la parquedad del anciano se lo impiden. Ese muro de silencio irá cediendo a medida que unas cartas del pasado irrumpan con la fuerza del viento.
Del mismo modo, otros torbellinos emocionales y afectivos rodearán a los personajes. Preguntas necesarias para llenar los espacios vacíos de una identidad rota. Así como los personajes van interiorizándose y descubriéndose de a poco, el espectador transita el film bajo un ritmo sostenido y cadencioso que se conjuga con la imagen, trabajada en medios tonos desde la fotografía. El hecho de haber filmado en digital resulta provechoso para lograr el tono adecuado que se complementa con la funcional banda de sonido.
Un film inteligente, que sortea con creces los convencionalismos de Cleopatra, escapa a las pretensiones de La fuga y recupera la austeridad de El faro.
Título: El viento.
Título Original: Idem.
Dirección: Eduardo Mignogna.
Intérpretes: Federico Luppi, Antonella Costa, Pablo Cedrón, Esteban Meloni, Mariana Briski, Ricardo Díaz Mourelle y Hernán Jiménez.
Género: Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 92 minutos.
Origen: Argentina/ España.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 04/08/2005.
Puntaje: 8 (ocho)
