Por Pablo Arahuete
Damas y caballeros, la exacerbación del sueño americano -en un futuro no muy lejano- nos llevará a que la minoría más poderosa y rica asegure su perpetuidad gracias a la compra de un clon. Este revolucionario sistema que cuenta con el aval de los hombres más poderosos 
del mundo y la indiferencia cómplice de sus potenciales beneficiarios, se desarrolla en un ultra secreto bunker donde una nutrida colonia de hombres y mujeres viven y realizan actividades autómatas bajo un estricto orden y control (al punto que el acercamiento con el sexo opuesto está prohibido). En este mundo apacible, disciplinado y autosuficiente todos anhelan conocer La isla, último reducto libre de contaminación al que se accede mediante un sorteo, o bien cuando una mujer va a dar a luz.
Nadie ha vuelto de la isla ni puede responder porqué todos los días el impecable uniforme blanco que lucen está limpio. Sin embargo, Lincoln Seis Eco se cuestiona todo y además tiene un sueño recurrente que se transforma en pesadilla. Esa curiosidad lo lleva a hacerse preguntas y a intentar investigar por su cuenta. Lincoln comparte sus inquietudes con su amiga Jordan Delta Dos, una eficiente y dócil empleada. Pero la curiosidad y ciertas conversaciones con un hombre de otro sector (Steve Buscemi) lo conducen a un área en la que descubre los verdaderos propósitos de un científico (Sean Bean) con complejo de Dios, inescrupuloso y dispuesto a todo. Esto es La isla, nueva apuesta al puro despliegue visual del artesanal y clippero Michael “La Roca” Bay, esta vez sin los millones de Jerry Bruckheimer.
Parece que el enorme presupuesto igual se consiguió y que el realizador de Armaggedon no escatimó en sus habituales secuencias de pura adrenalina y vértigo, donde las explosiones, destrucción de coches y planos cortantes e ingeniosos tapan las desprolijidades de un guión hiperexplicativo, confuso y arbitrario. Así, lo que en un principio se define como un relato que bordea el código de la ciencia ficción -en un contexto distópico- con constantes referencias a las novelas “Un mundo feliz” de Aldous Huxley y, en menor instancia, de “1984” de Orwell; así como en el cine puede encontrarse Fuga en el siglo XXIII hasta THX 1138 de George Lucas y Minority report: Sentencia Previa de Spielberg, esa trama que abre el juego a los interrogantes, se transforma en un sencillo artificio -a veces torpe- en
función de la acción y reacción de sus personajes. Por momentos, Bay deja de regodearse con su estilizado encuadre y se acuerda de las preguntas sembradas al comienzo, entonces apura la acción y las responde del peor modo: aplica una serie de vueltas de tuerca y deja conformes a todos.
Scarlett Johansson fue la peor elección para un film de estas características, porque su talento como actriz de carácter es demasiado para un producto donde la acción física prevalece sobre el delineamiento psicológico. No obstante, luce maravillosa cuando el director le dedica tantos planos como si estuviese filmando una publicidad de perfumes. Ewan McGregor cumple y sale menos perjudicado.
La isla entretiene sin defraudar a los seguidores de siempre y decepciona por desaprovechar buenas ideas, aunque por cierto nada originales. Sin embargo, es inobjetable que se trata de un film ágil, desaforado y atractivo.
Título: La isla.
Título Original: The island.
Dirección: Michael Bay.
Intérpretes: Ewan McGregor, Scarlett Johansson, Djimon Hounsou, Sean Bean, Steve Buscemi, Michael Clarke Duncan, Ethan Phillips, Max Baker, Shawnee Smith, Brian Stepanek.
Género: Ciencia ficción, Thriller, Acción.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 136 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de Estreno: 11/08/2005.
Puntaje: 6 (seis)
