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sábado, 27 abril 2024
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Machuca: Peras y manzanas son frutas

Por Luis Pietragalla

Revisar la historia reciente, aquella en la que se estuvo ahí y vivió algunos de sus acontecimientos trascendentes o situaciones cotidianas, suele tener una fuerza emotiva y de comprensión muy grande, ya que la explicación de lo macro se relaciona con la vivencia de lo micro. El tiempo, que da la suficiente perspectiva y distancia, es siempre conveniente para aclarar el panorama transitado en el mismo momento que sucedían esos acontecimientos y Machuca: Peras y manzanas son frutas 3situaciones. (Lo dicho refuta el “ver es comprender”, típico del periodismo televisivo de hoy. Ignacio Ramonet en su Tiranía de la comunicación lo desenmascara y revierte claramente. En ese texto además sostiene que sin tiempo transcurrido no hay posibilidad de tener perspectiva para poner en contexto los sucesos; “estar ahí” sólo da una visión parcial del hecho.)

El medio audiovisual, con su fuerte “impresión de realidad” (Metz, 1964) y capacidad de síntesis, tiene la posibilidad de hacernos revivir lo pasado, dándonos la oportunidad de volver sobre él y revisarlo. Éste es el caso de la película chilena Machuca, que nos transporta a las vísperas del golpe de estado que derrocó al presidente Allende en 1973. Ese político quería llegar a la transformación de una sociedad bipolar (una escasa clase media entre una minoría rica y una mayoría de muy bajos ingresos carente de educación), dentro del juego de las instituciones democráticas; el filme demuestra con transparencia que las condiciones necesarias de madurez y solidaridad que hubieran hecho falta para ese cambio no estaban dadas entonces.

Un cura (de los entonces llamados “tecermundistas”), que está a cargo de un exclusivo colegio bilingüe, inicia experiencias de integración de clases sociales para fomentar la solidaridad: une a los chicos ricos con otros chicos de una cercana “población” (o “villa miseria” para los argentinos) en la misma aula y mezclados entre sí; además, intenta armar una granja que ponga a los alumnos en contacto con labores manuales y le permita solventar el déficit de la institución. En ese marco se conocen y se hacen amigos dos pibes de once años, el rico y blanco Gonzalo y el “villero” e indio Machuca. El cura, la experiencia que él intenta desarrollar y la amistad naciente van a seguir el mismo camino que siguió la sociedad chilena por aquellos tiempos.

Los fallos del relato de Machuca no alcanzan a quitarle sus méritos. Se hace excesiva y obvia la comparación entre los acontecimientos sociales y políticos con los pedagógicos, afectivos y domésticos de los personajes. Así, cada personaje o situación tiene su correlato con lo que pasa en el afuera (el sacerdote es un poco Allende, la integración de clases y la colectivización de la granja es el equivalente al proyecto de Unidad Popular, etc.). Al estar tratado con criterio alegórico, pierde eficacia; la alegoría es unívoca; obliga al Machuca: Peras y manzanas son frutas 4espectador a tener un “diccionario” de equivalencias, por lo que los personajes y acontecimientos no son los que son sino que pasan a constituirse en entes que representan otra cosa, como la famosa imagen de la Justicia. Esto provoca también un largo desenlace.

Pero, la calidad de las actuaciones, la rigurosidad de la reconstrucción del clima de la época, los múltiples momentos de notable carga emocional, son conducidos por el director Andrés Wood con seguridad, logrando un filme interesante, reflexivo y emotivo. El beso compartido de la prima un poco mayor con ambos protagonistas; la “confiscación” de la bicicleta; las solidaridades y egoísmos junto a tolerancias e intolerancias de las dos clases, entre otros buenos momentos, logran humanizar la historia.

En la escena de la agitada reunión de padres en el colegio, uno de ellos afirma –criticando la experiencia de integración- que no pueden mezclarse peras y manzanas porque no tienen nada en común. Olvida que las dos son frutas.

Machuca: Peras y manzanas son frutas 2Título: Machuca.
Título Original: Idem.
Dirección: Andrés Wood.
Intérpretes: Matías Quer, Ariel Mateluna, Manuela Martelli, Aline Küppenheim y Federico Luppi.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 116 minutos.
Origen: Chile/ España/ Reino Unido/ Francia.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: no disponible.
Fecha de Estreno: 22/09/2005.

Puntaje: 7 (siete)

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