Por Luis Pietragalla
Últimos tiempos de Nixon en la presidencia de los EE.UU. Un sistema que elimina a los más débiles, a los que tienen menos defensa; un perdedor que difícilmente tenga posibilidad de salida. Su patetismo y deseo de afecto conspiran contra su propia solución. Lo que es exasperante, y eso se contagia al espectador.
No es un filme para ver cuando no se está de buen ánimo. Por lo que cuenta y por cómo lo cuenta el debutante Niels Mueller: con morosidad, aunque rigurosamente. La omnipresencia del personaje que interpreta Sean Penn (muy sobreactuado) contribuye a la exasperación aludida.
La película vira favorablemente en su último tercio, cuando ya la caída del personaje es imparable. El desamparo aparece con toda su crudeza.
El final es potente y la película clara; tal vez, demasiado. No es grande; pero tampoco execrable.
Y más allá de sus calidades, las situaciones mostradas no se van fácilmente de la memoria.
Título: Días de furia.
Título Original: The Assassination of Richard Nixon.
Dirección: Niels Mueller.
Intérpretes: Sean Penn, Naomi Watts, Don Cheadle, Jack Thompson, Michael Wincott, Nick Searcy, Brad William Henke.
Género: Biografía, Crimen, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 95 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 13/10/2005.
Puntaje: 6 (seis)