Por Pablo E. Arahuete
Tatuado, segundo opus del cordobés Eduardo Raspo, quien había debutado nueve años atrás con un policial demasiado concesivo llamado Geisha, refleja las virtudes de un cine argentino actual que parece haber encontrado el camino para buscar su identidad, personajes, historias, sin resultar discursivo o críptico.
Sin embargo, en ese camino también se topa con las falencias propias de una búsqueda que toma un camino ya recorrido de solemnidad y de ciertos vicios narrativos que malogran las intenciones de un guion bien construido. Y quizás esa búsqueda que atraviesa al panorama reciente de la producción local, esa identidad que debe forjarse con lo mejor del pasado y lo mejor del presente, se reconstituye a partir de la historia de Tatuado, una road movie que simboliza el reencuentro de un padre con su hijo en el presente como consecuencia de la confrontación con los fantasmas del pasado.
Varios interrogantes se cruzan en el mundo de Paco (soberbia actuación de Nahuel Pérez Biscayart): ¿quién fue su madre, ya muerta?; ¿por qué lo abandonó a él y a ese tipo taciturno y callado que llama papá? Es tiempo de averiguarlo, aunque no haya un horizonte a la vista y el reciente nacimiento de su hermanita sea el foco de atención de su padre (excelente aporte dramático de Luis Ziembrowski) y su nueva mujer (Diana Lamas). La necesidad de responderse las preguntas y unir las piezas desparramadas de aquel pasado difuso, confuso y cargado de sospechas, es mayor que la contingencia de la llegada de la nueva integrante de la familia. Paco debe cerrar su historia antes de que los interrogantes se enquisten en su piel como ese tatuaje que lleva en el antebrazo, una mangosta que fue lo único que le dejó su madre antes de abandonarlo. Con ninguna certeza y mucha personalidad, Paco emprende un viaje incierto junto a su novia Tero (Jimena Anganuzzi) también en apariencia a la deriva como él y el apoyo logístico de su padre, Alvaro, quien paulatinamente se irá involucrando en el viaje de su hijo.
Una travesía por las rutas argentinas y bonaerenses que muy rápido encuentra su cauce en la conformación de este trío, cuya interacción dramática exige un ritmo muy interesante a un relato que nunca traiciona el tiempo de sus personajes. Resulta provechoso el empleo de la pantalla ancha y la profundidad de campo para enfatizar la distancia entre los personajes y un entorno que les resulta ajeno y a veces hostil.
Esa distancia se prolonga en el terreno de los afectos y se va acortando hacia el desenlace, momento donde el film arrastra el apresuramiento desde la segunda mitad por responder aquellos interrogantes.
Pareciera que a Raspo le hubiese pesado la densidad de su historia, su más que atractiva búsqueda entrelazada de incertidumbres y lo resuelve de un modo un tanto arbitrario cuando aparece el guion por encima de la película. No obstante, los méritos son mayores que los desaciertos y el riesgo de haber apostado a una historia donde la tensión de los personajes se palpa en cada plano hacen de Tatuado un film raro, introspectivo y seductor.
Título: Tatuado.
Título Original: Idem.
Dirección: Eduardo Raspo.
Intérpretes: Nahuel Pérez Biscayart, Luis Ziembrowski, Jimena Anganuzzi, Antonio Ugo, Horacio Roca, Catalina Speroni.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 84 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: No disponible.
Fecha de Estreno: 03/11/2005.
Puntaje: 7 (siete)