El súbito resurgimiento del terror cinematográfico (y aclaro que no estoy hablando de Cargo de conciencia, el filme con el que un apolilladísimo Emilio Vieyra regresó a la cartelera local después de muchos años de ausencia) ha propiciado una catarata de estrenos vinculados con el bienamado género que en momentos menos dulces a duras penas habrían aspirado a un lanzamiento en DVD. Hace unas semanas fue la soporífera La cueva y ahora es el turno de la más decente Creep. Aún repleta de clichés, esta coproducción anglo-germana no deja de entretener y provocar algún momento de zozobra. OK, lo admito, no es un elogio significativo pero es lo que hay. Objetividad pura de un fanático confeso de los despanzurramientos y degollinas.
La ópera prima de Christopher Smith está ambientada en el subte de Londres donde la hedonista Kate (la poco fotogénica germana Franka Potente, aquella de Corre Lola corre) se queda dormida en un banco mientras espera la próxima formación. Al despertar descubre que las puertas de la estación han sido cerradas y se encuentra a solas, o no tanto, hasta que alguien se digne a verla a través de las cámaras de seguridad y vaya a rescatarla. Naturalmente hay algo en las tinieblas del subsuelo que se mueve furtivamente y de vez en cuando sale a la superficie para saludar al que se cruce en su camino y volver a casa con algún miembro amputado de souvenir. O de chupetín…
La historia no es más que eso, apenas reforzada por una subtrama algo anémica como es la del compañero enamoradizo de Kate (el tipo es de esos obsesivos que necesitan reafirmar su masculinidad a cualquier precio y así les va… digo, en general) y por la ayuda que le brinda un muchacho medio chapita que vive en un escondrijo de la estación con su novia embarazada. Con una pizca de imaginación esto podría considerarse como el aporte social de la película… de hecho, puedo visualizar a Smith explicando que Creep, en realidad, no trata sobre un asesino escondido en los túneles de la ciudad ya que aquél es sólo una metáfora para poner en evidencia las diferencias clasistas en la Inglaterra del siglo XXI.
Salvador Samaritano, el respetado creador del Cineclub Núcleo, decía que el problema con la pornografía reside en que una vez vista una obra de contenido explícito las viste todas. Con el terror, excepto escasas y muy honrosas excepciones, ocurre algo similar. Adocenadas en lo temático, con guiones la mayoría de las veces descuidados y con realizadores que se reiteran al utilizar unos recursos de puesta ya vetustos para intentar conmover a un público demasiado inmunizado por la realidad (que mete más miedo y por ahora es gratis). Creep no escapa a esas limitaciones aunque sería justo agradecerle a Smith su apego por el terror duro, casi gore, y sin lugar para el humor. Ya era tiempo de dejar atrás la parodia ochentosa irresoluta y acomodaticia que tanto mal le hizo al género (en mi opinión fue responsable directa de su desaparición en la década del noventa)
Para ir concluyendo, creo que los adictos a este tipo de propuestas sabrán tolerar sus convenciones y quizás no salgan disconformes tras padecer junto a Kate una noche de pesadilla. No obstante, una recomendación: lleven copas porque sangre sobra. Amigos de la oscuridad… ¡salud!
Título: Creep.
Título Original: Idem.
Dirección: Christopher Smith.
Intérpretes: Franka Potente, Vas Blackwood, Ken Campbell, Jeremy Sheffield, Paul Rattray, Kelly Scott, Sean Harris, Joe Anderson, Ian Duncan, Debora Weston, Elizabeth McKechnie y Morgan Jones.
Género: Terror.
Clasificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 85 minutos.
Origen: Reino Unido/ Alemania.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 08/12/2005.
Puntaje: 5 (cinco)