Definitivamente los productores de Hollywood se animan a todo. Ya no les alcanza con rodar historias de cabotaje y por algún motivo, de un tiempo a esta parte, adaptar un best-seller con un noventa y nueve por ciento de personajes no americanos, como ocurre con la novela de Arthur Golden “Memorias de una geisha”, les parece lo más normal del mundo. Alguien podrá deslizar alguna tenue responsabilidad a la bendita globalización pero no nos engañemos: el filme producido por Steven Spielberg, que él mismo amagó varias veces con dirigir, apunta sus dardos al mercado interno y al internacional no asiático para desmenuzar -con todas las licencias habidas y por haber- una cultura milenaria como es la japonesa basándose en un didactismo colegial y reduciendo la historia a un mero folletín de lujo. Chata, sin vuelo, abrumada por la gran cantidad de estereotipos que van desfilando por la pantalla, Memorias de una geisha es una película fallida de punta a punta mal que le pese al prolijo artesano Rob Marshall (Chicago).
Para encabezar el numeroso elenco, predominantemente femenino, fueron convocadas tres estrellas del cine de Hong Kong que han demostrado su fuste en muchas oportunidades: las ya veteranas Michelle Yeoh (El tigre y el dragón) y Gong Li (bellísima musa de Zhang Yimou en títulos como Sorgo rojo, Ju dou, Esposas y concubinas, etc.) más la última, fulgurante, aparición de esa poderosa industria que es la deliciosa Zhang Ziyi (de imborrable actuación en 2046 – Los secretos del amor). Ahora, ¿cómo pueden lograr estas actrices de origen chino que nos olvidemos por dos horas y media que no son japonesas cuando por su físonomía e, hilando fino, por su dicción se delatan con suma facilidad? Por
ende el verosímil sobre el que se sostiene el film de Marshall presenta sus fisuras desde un principio. Para rematar esa decisión arriesgada, tal vez comprensible comercialmente porque en Japón no hay intérpretes reconocidos que resulten convocantes para el público masivo fuera de ese país, está la imposición de que los diálogos sean en el idioma más universal que existe por lo que nos encontramos con la anómala situación de tener al formidable trío hablando por fonética en inglés con un supuesto acento nipón. Simplemente ridículo.
La acción de Memorias de una geisha comienza en 1929 cuando la niña Chiyo, de nueve años de edad, es vendida por su padre pescador a una casa de geishas en Kyoto (concretamente en el distrito Gion) para aprender el oficio y con los años recuperar lo invertido en ella explotándola como una ostentosa mercadería. La fresca hermosura de Chiyo, cuyo rasgo distintivo son sus “ojos de lluvia”, provoca el desdén y los celos profesionales de la geisha principal Hatsumomo (Gong Li) quien la maltrata o la deja mal parada frente a Madre (madama sería un término más acorde a nuestra mirada occidental). El único aliciente en la vida de la pequeña Chiyo es el recuerdo de un breve encuentro con el Director (Ken Watanabe) que la trata con amabilidad y despierta en ella sentimientos profundos de gratitud. Con el tiempo esa gratitud se transforma en una especie de amor imposible porque, como le repiten en varias escenas, las geishas no pueden permitirse amar. Ya joven, Chiyo (Zhang Ziyi) hará todo lo posible por ser la geisha más famosa del Japón para volver a atraer la atención de la única persona que le demostró respeto y cariño. Un novelón, bah…
Aunque el esfuerzo de Ziyi por darle carnadura a su papel es evidente y siempre es un placer ver a la exquisita Gong Li o a la carismática Michelle Yeoh (interpreta a Mameha, una especie de instructora y protectora para la protagonista), la trama no convence ni entretiene en ningún momento. En el plano estético ni siquiera se destaca la fotografía de un reconocido talento como Dion Beebe. ¿Qué nos queda de atractivo, entonces, excluyendo a las ya mencionadas artistas? La respuesta es lapidaria pero honesta: nada. Absolutamente nada.
Título: Memorias de una geisha.
Título Original: Memoirs of a Geisha.
Dirección: Rob Marshall.
Intérpretes: Zhang Ziyi, Gong Li, Michelle Yeoh, Ken Watanabe, Mako, Samantha Futerman, Elizabeth Sung y Suzuka Ohgo.
Género: Basado en libro, Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 145 minutos.
Origen: Francia/ Japón/ EE.UU.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Columbia.
Fecha de Estreno: 12/01/2006.
Puntaje: 4 (cuatro)
