Por Pablo E. Arahuete
Cuando la moda hollywoodense indica el traspaso de los videojuegos a la pantalla grande, no sólo desde sus historias sino también en su lógica interna y estructura, surge una propuesta como Zathura, cuya falta de criterio e indefinición arroja por la borda un film que podría haber sido muy interesante. Heredera de su hermana mayor, Jumanji, la película 
retoma la idea de un juego de mesa que transporta en el tiempo y el espacio a sus jugadores, como una suerte de portal hacia una dimensión paralela: la imaginación.
En este caso, los jugadores son dos hermanos, el mayor de diez años y el menor de seis (incluida una hermana adolescente absolutamente decorativa en el film), quienes viven peleando y demandan la atención del padre (un intrascendente Tim Robbins), divorciado y con presiones laborales. El aburrimiento y la eterna rivalidad llevan a que el pequeño encuentre en un rincón de la enorme casa un polvoriento juego de mesa. El tablero artesanal y un mecanismo a cuerda despiertan su curiosidad y así se desata la aventura, aunque este término le queda un poco grande a la historia.
A diferencia de Jumanji, donde la selva se trasladaba a la casa y desde allí se desarrollaba la intrépida trama, en Zathura es la casa la que se transporta al espacio exterior. Sin embargo, el afuera queda desplazado y también la idea de un viaje intergaláctico, elementos vitales para que la historia no se estanque ni se estacione en un único lugar de acción. De este modo, los peligros y las amenazas latentes vienen desde afuera y así se clausura toda interacción posible de los personajes con el entorno. Esa pasividad y abulia
de los personajes, quienes soportan los embates de lo desconocido sin otra chance que llegar al final del juego y de este modo volver a la normalidad, le quita al film cualquier posibilidad de avanzar por los carriles de la aventura.
La paulatina destrucción del hogar por una lluvia de meteoritos, un robot averiado y hasta la invasión de unos lagartos carnívoros (demasiado monstruosos para un público menudo) sumergen al relato en una nebulosa de incoherencias, inequívocas señales de un guion pobre en ideas. Tal pobreza se reproduce en la anodina y esquemática dirección del actor devenido realizador Jon Favreau, tan carente de tacto en el manejo de cámara como en el de los actores. Además de la escasa predisposición para la aventura, el espectador adulto debe soportar la moralina y el mensaje conciliador que podría sintetizarse con las estrofas del Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos…”, al juzgar por el mediocre final, uno hubiese preferido que en el caso de Chatura (perdón, Zathura) se los devorasen los de afuera.
Título: Zathura – Una aventura fuera de este mundo.
Título Original: Zathura: A Space Adventure.
Dirección: Jon Favreau.
Intérpretes: Josh Hutcherson, Jonah Bobo, Dax Shepard, Kristen Stewart, Tim Robbins, John Alexander, Derek Mears, Joe Bucaro III, Jeff Wolfe.
Género: Aventura, Comedia.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 101 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Columbia/ Sony.
Fecha de Estreno: 26/01/2006.
Puntaje: 4 (cuatro)
