Por Pablo E. Arahuete
El saber culinario indica que cuando se hace referencia a las tapas, primordialmente se habla de pequeñas porciones de diferentes comidas que facilitan la costumbre del picoteo. Se supone que el sólo hecho de comer un poco de cada cosa alcanza, pero no siempre llena.
De pequeñas historias empalagosas sin aderezos, de picoteos de conflictos y personajes cocinados a fuego lento se constituye Tapas, coproducción española-argentina-mexicana de los nóveles directores José Corbacho y Juan Cruz al tope de la taquilla durante el verano ibérico.
Sin embargo, no es otra cosa que un telefilm (tranquilamente aquí podría haberlo hecho Adrián Suar) que no aborda ningún tópico más que el simple retrato costumbrista, preocupado por la identificación con el gran público.
Un puñado de historias sencillas y personajes que encarnan cualquier arquetipo de manual de guion. Así se podrá disfrutar -o soportar de acuerdo al paladar- de tres platos centrales: una cuarentona separada (Elvira Minués) que mantiene una relación vía Internet con un argentino (cameo de Eduardo Blanco) a punto de ir a visitarla. En el interín, conoce a un joven, repositor de supermercado (Rubén Ochandeano), que trabaja junto a un amigo, fan de Bruce Lee. La mujer y el jovenzuelo (no el fan) vivirán un fugaz romance; una pareja de ancianos (María Galeana y Alberto de Mendoza), él con cáncer terminal y ella dealer de poca monta, dispuesta a hacer cualquier cosa por su amado y, por último, la historia del dueño del bar (Ángel de Andrés), lugar de encuentro y desahogo de los personajes, quien tras haber sido dejado por su mujer debe contratar a un cocinero chino (sabiduría oriental garantizada, claro) para mantener el negocio.
Soledades, desamores y amores a medias, ésas son las tibias líneas narrativas con ciertas chispas de humor y diálogos de trazo grueso que cruzan a este film también a medias. El rescate de la atmósfera barrial y de las anécdotas que lo recorren, pierden su frescura cuando se apoyan en un guion demasiado subrayado, dividido en diálogos rayanos, situaciones dramáticas y emotivas completamente edulcoradas.
El reparto no desentona con la propuesta, aunque se note la intención de querer conmover a toda costa con los golpes de efecto. Qué decir de Alberto de Mendoza y su lacónico “Tengo cáncer”, frase que predispone todo para el llanto cuando todavía no han pasado ni cinco minutos de película. Sobrevaluada internacionalmente, dada la cantidad de premios recibidos (entre ellos: mejor guion en el festival de Montreal y Goya a los nuevos directores), Tapas responde a la fórmula del cine desabrido, ése que se cocina en su propio caldo de mediocridad sin ninguna pizca de novedad o interés.
Título: Tapas.
Título Original: Idem.
Dirección: José Corbacho, Juan Cruz.
Intérpretes: Ángel de Andrés López, Elvira Mínguez, Rubén Ochandiano, María Galiana, Eduardo Blanco, Darío Paso, Alberto de Mendoza, Rosario Pardo, Alberto Jo Lee, Amparo Moreno, Anna Barrachina y Blanca Apilánez.
Género: Comedia, Drama.
Clasificación: No disponible.
Duración: 94 minutos.
Origen: España/ Argentina/ México.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Primer Plano.
Fecha de Estreno: 23/02/2006.
Puntaje: 4 (cuatro)