Con sólo echar un vistazo al elenco de esta ópera prima de Mike Mills (fogueado en el oficio gracias a los videoclips que realizó para artistas como Moby, Air, Beth Orton, Frank Black, Papas Fritas o Pulp) queda claro que el proyecto debió haber sido algo fuera de lo común para que se involucren semejantes nombres. El presupuesto estimado en cuatro millones de dólares es considerablemente inferior al promedio y a todas luces insuficiente para cubrir los cachets de actores tan solicitados en el ambiente cinematográfico. La respuesta habría que buscarla no sólo en la promisoria figura de un director novel en el largometraje sino en la famosa novela de Walter Kirn en la que se basa la adaptación del mismo Mills. Que, como se verá, tiene sus particularidades aunque en el fondo nos sigan contando la vieja historia de lo que cuesta crecer cuando las hormonas se alborotan en exceso. Es que la temática de la adolescencia no se agota así nomás. E Impulso adolescente prueba que siempre puede encontrarse una arista diferente o una vuelta de tuerca interesante al asunto.
Justin (Lou Taylor Pucci) tiene diecisiete años, asiste a su último año de secundaria y vive en los suburbios con sus inmaduros padres (jugados con convicción por Tilda Swinton y Vincent D’Onofrio). Hasta aquí nada para destacar. No obstante, el conflicto de Justin va un poco más allá de la media para un chico de su edad. Su drama es que no puede dejar de chuparse el pulgar como si fuera un bebé. Escondido en el baño, acostado en la cama o caminando por la calle, cuando nadie lo observa, Justin hace uso y abuso del dedo gordo. Y eso lo angustia más que su amor no correspondido por una compañera de clase (quien padece y, hace padecer a los demás, por obra y gracia de un popular axioma: “hoy estoy así, mañana no sé”). Sobreprotegido por su madre enfermera, Justin es menos rebelde que la mayoría e igualmente desastroso para los estudios. No puede concentrarse en nada y ni siquiera su confidente, el odontólogo Perry Lyman (un Keanu Reeves casi desopilante, y esto es mucho decir, en su cruza de médico y gurú improvisado), logra convencerlo de abandonar esa poco recomendable práctica. Hasta que las autoridades del High School, asesorados por psiquiatras, llegan a la conclusión de que todo el meollo es fácilmente solucionable con una pildorita. Y así parece en un comienzo: Justin mejora sus notas, es reclutado por el profesor Geary (Vince Vaughn) para el equipo de debate de la institución en el cual se desempeña brillantemente, logra un acercamiento con las chicas, cambia su imagen desprolija por una que las abuelas aprobarían y, por sobre todo, despierta de una abulia existencial alarmante. Claro que, como sucede a veces, el remedio termina siendo peor que la enfermedad.
Con apuntes satíricos algo burdos (v. gr. la estrellita de Hollywood internada en la clínica de rehabilitación), una musicalización exquisita a cargo del fallecido Elliot Smith y The Polyphonic Spree y unos cuantos momentos tragicómicos bien balanceados en el guion, la película se sostiene con gallardía debido a la ejemplar interpretación del joven Lou Taylor Pucci quien vivencia a su personaje hasta las últimas consecuencias con un compromiso admirable. Mediante el sutil aporte de este actor el “mensaje” implícito en Impulso adolescente no requiere de subrayados obvios para asumir lo que todos sabemos: las soluciones mágicas no existen y el proceso de maduración que nos conduce a la vida adulta forzosamente debe doler. El resto queda en manos de Dios. Y nada más.
Título: Impulso adolescente.
Título Original: Thumbsucker.
Dirección: Mike Mills.
Intérpretes: Lou Taylor Pucci, Tilda Swinton, Vincent D’Onofrio, Keanu Reeves, Benjamin Bratt, Kelli Garner y Vince Vaughn.
Género: Comedia, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 96 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Columbia/Sony.
Fecha de Estreno: 16/03/2006.
Puntaje: 7 (siete)