Por Omar Tubio
Las historias de maestros o profesores que más allá de la materia que les compete, nos legan enseñanzas de vida, han inundado la pantalla desde siempre. Desde Al maestro con cariño hasta Mentes peligrosas, pasando por La sociedad de los poetas muertos, Querido maestro o Música del corazón, todos los jóvenes con problemas de conducta encontraron en la figura del docente en cuestión esa guía espiritual que encarrila hasta los más rebeldes y desviados.
Antonio Banderas encarna a Pierre Dulaine, un hombre que al parecer hizo de su método de aprendizaje una revolucionaria manera de encauzar a los adolescentes problemáticos en las escuelas estadounidenses. O sea, estamos hablando de una historia verídica. Dulaine dictaba sus clases de baile de salón en su propio estudio para chicos ricos cuando cierta noche descubre a un muchacho negro descargando toda su furia contra un automóvil. Resultó ser que el auto era de la directora del colegio de los barrios bajos al que asistía este rencoroso joven. Como Dulaine es viudo y dispone de mucho tiempo libre acude al establecimiento para ofrecer su ayuda. ¿De que manera se preguntará Ud. curioso lector? Enseñando a bailar a los más díscolos de la escuela (que permanecen en una especie de penitencia llamada “detención” en un sótano) ritmos de salón tales como el fox trot, la rumba, el tango o el vals. Dulaine sostiene que tales danzas favorecen el entendimiento y el respeto para con el otro y liman las asperezas que pudieran existir. La rectora acepta el reto sin demasiadas esperanzas y nuestro querido profesor pone manos a la obra.
Claro que los “detenidos”, que no son otra cosa que negros e hispanos, la pasan bomba escuchando y bailando rap, hip hop y marcha y consideran basura otro tipo de música, por lo cual la tarea de Dulaine no será tan fácil. Pero ya se sabe, sin conflicto no habría película, y como esta historia ya la vimos un montón de veces, la directora Liz Friedlander se ocupa de disfrazar todos los clichés y momentos previsibles con variados bailes (de salón y de los otros) para distraer la atención y que se note menos la poca originalidad del cuentito. Igual no lo logra demasiado, pero no seamos tan exigentes tampoco.
La cuestión es que la muchachada sale adelante, pese a madres que se prostituyen, padres borrachos y enfermos, amigos delincuentes y otras yerbas por el estilo. Todo gracias a la música, el baile y Antonito Banderas, que aquí luce con toda la paciencia y la bondad que podríamos adivinarle, tanto que hasta les paga a cada uno los u$s200 de admisión para la competencia de baile, en la que por supuesto demostrarán lo aprendido. ¿No es un buenazo de aquellos?
Como reza el aviso cuando comienza la película: basada en una historia real. Habrá que creer o reventar… ¿no?
Título: Ritmo y seducción.
Título Original: Take the Lead.
Dirección: Liz Friedlander.
Intérpretes: Antonio Banderas, Alfre Woodard, Rob Brown, Yaya DaCosta, Elijah Kelley, Marcus T. Paulk, Lyriq Bent y Jasika Nicole.
Género: Drama, Música.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 118 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 11/05/2006.
Puntaje: 4 (cuatro)