Por Pablo E. Arahuete
El encuentro de dos clases sociales, dos mundos divididos por diferentes realidades es el eje temático de Casi hermanos de la directora brasileña Lucía Murat. Estructurado en forma fragmentada y episódica (cabe aclarar que en cada época los personajes son interpretados por diferentes actores), el relato avanza y retrocede sobre dos temporalidades bien definidas: el Brasil de los 70 en el apogeo de la dictadura y el Brasil actual en el microclima violento de las favelas y los enfrentamientos entre bandas de narcos.
En ese escenario, donde los muertos son moneda corriente, queda plasmada la insalvable ruptura social como resultado de un fenómeno histórico y cultural que en los 70 algunos militantes políticos de izquierda lucharon por revertir, pero fueron derrotados por las contingencias socio-políticas, desencadenantes de una creciente marginalidad y desigualdades sociales. A modo de tesis -aunque por momentos con un tono demasiado discursivo- el guión de Murat y Paulo Lins (Ciudad de Dios), enfrenta dos miradas, dos ideologías encarnadas en las figuras de Miguel y Jorginho, protagonistas del film. Amigos desde la infancia, ambos compartían la pasión musical del samba; contexto donde las diferencias sociales dejaban de existir. Así, el pequeño Miguel (Brunno Abrahão) podía visitar el hogar humilde de su amigo Jorge (Pablo Ricardo Belo), pese al rechazo familiar. Luego, sus vidas siguieron rumbos distintos que provocaron el distanciamiento. Miguel (Caco Ciocler) se vio envuelto en la encrucijada de un futuro de bienestar económico y su afán idealista por cambiar las reglas del juego de un sistema socio-político perverso y opresivo. En el caso de Jorginho (Flavio Bauraqui), la supervivencia en un mundo hostil, atravesado de violencia, hambre y sin otra chance que la de hacerse valer a cualquier precio. Sin embargo, sus caminos se cruzarán en épocas de convulsión política en que el aparato represor de la dictadura promulgaba una Ley de Seguridad Nacional que unificaba el sistema carcelario. Esta medida trajo como consecuencia la mezcla de presos comunes con presos políticos.
En la cárcel de Isla Grande, ambos grupos intentaron convivir bajo otras leyes, las del respeto, la igualdad y donde la fuerza residía en la unidad para hacer fuerte la demanda. Sin embargo, al ámbito politizado, cuyo máximo propulsor será Miguel se le impondrá la cruel faz de la realidad: la del deterioro tras una larga huelga de hambre o la desobediencia de grupos de delincuentes nuevos que instauran el caos y sus códigos.
Murat, quien fue en el pasado una presa política, aporta su experiencia -aunque diferente a la de los hombres- en el contraste de estos micro-mundos que se van separando progresivamente. Así como esa distancia se reproduce en la pantalla a través de la violencia de las imágenes, encuentra su mayor expresividad en el escenario de las favelas, cuyos protagonistas son actores no profesionales.
El apunte musical, que identifica las dos épocas con el samba en el 70 y su metamorfosis hacia el hip-hop en el 2000, subraya el efecto contrastante, así como el reencuentro de Miguel (Werner Schünemann) y Jorginho (Antônio Pompêo) en el presente cuando idealismo y pragmatismo chocan.
Poco frecuente en un film sobre la vida carcelaria donde habitualmente el rol femenino queda relegado, en este caso el papel de la mujer resulta decisivo: la mujer de un preso político vehiculiza sus demandas a riesgo de ser detenida; la hija de Miguel (Maria Flor) visita las favelas en señal de rebeldía y critica a su padre por haberse traicionado al aceptar un cargo político.
Si bien la dialéctica del film de Murat peca de cierto simplismo y, a veces, redunda en explicaciones innecesarias, la intención de abarcar desde lo anecdótico un fenómeno socio-político de feroz actualidad (basta ver los últimos noticieros sobre los enfrentamientos entre la policía y las bandas armadas de las favelas o los motines carcelarios) es suficiente para decir que Casi hermanos es un film necesario, recomendable, vigente y obligatorio.
Título: Casi hermanos.
Título Original: Quase Dois Irmãos.
Dirección: Lucía Murat.
Intérpretes: Caco Ciocler, Flavio Bauraqui, Werner Schünemann, Antônio Pompêo, Maria Flor y Fernando Alves Pinto.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 102 minutos.
Origen: Brasil/ Chile/ Francia.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Americine.
Fecha de Estreno: 01/06/2006.
Puntaje: 7 (siete)