Por Emiliano Fernández
El film francés El latido de mi corazón es un caso curioso dentro del panorama cinematográfico actual. Es una remake de un film estadounidense de 1978 llamado Fingers, dirigido por James Toback y protagonizado por Harvey Keitel. Por lo general, ocurre lo contrario. Constantemente tenemos películas europeas rehechas por los grandes estudios de Hollywood, siempre faltos de ideas propias.
Thomas Seyr (el excelente Romain Duris, en el rol que en el original hizo Keitel) es un joven de 28 años que trabaja como agente de bienes raíces. Utilizando métodos inescrupulosos para desalojar viviendas tomadas (tirar ratas, iniciar incendios, etc.), Thomas continua la senda de su padre Robert (Niels Arestrup), un hombre que también vive de turbios negocios inmobiliarios. Por sobre todo, extraña a su fallecida madre, una famosa concertista de piano que le enseñó a tocar de niño. Un buen día se topa casualmente con el antiguo representante de su madre, el cual le ofrece asistir a una audición, haciendo que vuelvan a fluir en él las ganas de tocar. Sabiendo que hace muchos años que no practica, y a pesar de las primeras dudas, finalmente decide prepararse con la asistencia de una instructora china, que no habla ni una palabra de francés. Las dos vidas del muchacho, la semi mafiosa y la de músico, se superpondrán generando choques por doquier.
La película combina el drama existencial con algunos elementos del thriller, generando una
constante claustrofobia bastante bien manejada por el director Jacques Audiard, cuya anterior película, Lee mis labios (Sur mes lèvres, 2001) también se centraba en personajes alienados que se sentían atrapados en un callejón sin salida. La recurrente utilización de los primeros planos para registrar la afición del joven por el piano y la escasa iluminación refuerzan la oscuridad del film y permiten que funcione como un retrato demacrado de la soledad y la represión por la que atraviesa el protagonista.
Ganador de ocho premios César (una suerte de Oscar francés), El latido de mi corazón pone el acento en la doble vida de Thomas. Si su existencia como agente inmobiliario es violenta, repetitiva y gris, su inclinación por la música compensa ese vacío existencial, dándole sentido a su vida. El personaje central deambula entre la triste vida que aprendió de su padre y el universo artístico que tuvo que abandonar al morir su madre. A medida que ambos mundos resulten cada vez más mutuamente incompatibles y excluyentes, Thomas se verá obligado a decidir a cual de ellos pertenece y por cual vale la pena luchar.
Sin lugar a dudas, el que se roba la función es Romain Duris como Thomas. El actor ofrece una maravillosa composición salpicada de ingeniosos detalles que pintan muy bien el mundo interior del personaje. La intensidad emocional que le imprime a Thomas es remarcable y merece ser comparada con los primeros trabajos de Robert De Niro. Por otro lado, desde ya que el director Audiard no es Martin Scorsese pero hace lo que puede y entrega un film interesante y parejo sobre la conflictiva coexistencia de los distintos ordenes de la vida.
Título: El latido de mi corazón.
Título Original: De battre mon coeur s’est arrêté.
Dirección: Jacques Audiard.
Intérpretes: Romain Duris, Aure Atika, Emmanuelle Devos, Niels Arestrup, Jonathan Zaccaï, Gilles Cohen, Anton Yakovlev, Mélanie Laurent, Linh Dan Pham, Etienne Dirand, Serge Boutleroff y Denis Falgoux.
Género: Remake, Crimen, Drama, Música.
Clasificación: Apta mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 108 minutos.
Origen: Francia.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 15/06/2006.
Puntaje: 6 (seis)
