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jueves, 21 noviembre 2024
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Vuelo 93: La cruda realidad

Por Omar Tubio

El 11 de Setiembre del 2001 es ya, para los norteamericanos, una fecha bisagra como lo fue en su momento el 7 de Diciembre de 1941 cuando los japoneses atacaron la base de Pearl Harbor. Cinco años le tomó a la industria de Hollywood asumir la tragedia y exorcizar los demonios como para atreverse a plasmar cinematográficamente los hechos sucedidos ese fatídico día. A poco tiempo de conocer la versión de Oliver Stone sobre lo ocurrido en tierra con la esperada (y temida) Las torres gemelas, llega Vuelo 93, dirigida por el inglés Paul Greengrass, responsable entre otras de la premiada Domingo sangriento y La supremacía de Bourne, impactante secuela de Identidad desconocida.

Cuatro aviones fueron secuestrados el 11-S. Los dos de los cuales más se habló fueron los que se estrellaron contra el World Trade Center, un tercero lo hizo en el Pentágono (sospechosamente nunca se dieron muchas explicaciones al respecto) y el restante cayó en un campo de Pennsylvania, luego de un aparente amotinamiento del pasaje que impidió que llegara a su objetivo planeado: el Capitolio en Washington DC. Ese, fue el vuelo de United 93 y el que intenta reflejar en forma minuciosa la película.

Cómo plasmar semejante suceso evitando el golpe bajo y el melodrama que podía desprenderse de las historias individuales, sin caer en el patrioterismo barato y soslayando cualquier lectura política sin faltar a la verdad, tomando en cuenta que no hubo sobrevivientes que dieran cuenta de lo sucedido en forma fehaciente. Todas estas cuestiones y algunas más son las que se impuso Greengrass a la hora de hacerse cargo del proyecto logrando cumplir con todas y cada una de ellas, aún a riesgo de perder espectadores, que siempre buscan en este tipo de films a los héroes olvidados.

Con un registro semi documental y la cámara en mano, la trama se vive en el minuto a minuto convirtiendo al espectador en un pasajero más. Moviéndose todo el tiempo en ámbitos cerrados (ya sea en el interior del avión o en las oficinas de control) el clima claustrofóbico invade inevitablemente la película, lo que hace de Vuelo 93 una experiencia visual arrolladora.

Como decía anteriormente, no hay héroes ni villanos en el film, por lo menos no en el sentido clásico y tradicional al que estamos acostumbrados por Hollywood. Así como asistimos al shock inicial de los pasajeros ante la violenta e inesperada situación, sus miedos e inseguridades y la paulatina decisión de ejercer una resistencia con el fin de tener una esperanza de sobrevivir, también somos testigos de las dudas y miradas nerviosas de los atacantes, a quienes toda la situación en sí parece superarlos. No es este un film en el que la bandera estadounidense se muestre como estandarte o símbolo de las víctimas, ni en el que la figura presidencial o la del ejército queden bien paradas. Todo lo contrario, la ineficacia y la incredulidad del gobierno quedan más que claras, aún sin estar puntualmente especificadas.

Otro logro mayor del cineasta es haber dejado de lado todo atisbo de sensiblería y melodramatismo. De hecho la ausencia de estrellas en el elenco tiene mucho que ver con esto y con la identificación buscada y lograda con los personajes (los operadores de la torre de control no son actores, se interpretan a sí mismos). A pesar de haber contado con la ayuda de los familiares de los muertos, quienes le acercaron todo tipo de datos (vestimenta, gustos personales, libros que leían, la música que escuchaban), Greengrass prescinde de los lazos afectivos y se centra exclusivamente en los acontecimientos. Solo se detiene unos minutos en algún llamado que opera como nexo con el exterior.

Vuelo 93 (United 93) puede llegar a ser confundido con un telefilm que fue lanzado en video por estos días y que lleva el mismo nombre: Vuelo 93 (Flight 93), aunque varían en su titulo original. Si bien es un material para nada desdeñable y la historia es la misma, la mirada es totalmente distinta y radica en justa medida en todo lo expuesto en los párrafos anteriores: el acento puesto en las historias individuales y en los familiares que esperan expectantes en tierra como se desarrollan los hechos.

Vuelo 93 es un claro ejemplo de que se puede exponer un hecho real, de aristas políticas y humanas muy comprometidas, en forma objetiva y clara, sin que por ello se pierda de vista lo sustancial: contar una historia y hacerla creíble. No es poca cosa.

Título: Vuelo 93.
Título Original: United 93.
Dirección: Paul Greengrass.
Intérpretes: Christian Clemenson, Cheyenne Jackson, Ben Sliney, Khalid Abdalla, Corey Johnson, Trish Gates, Lewis Alsamari, David Alan Basche.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 102 minutos.
Origen: EE.UU. / Reino Unido / Francia.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: UIP.
Fecha de Estreno: 31/08/2006.

Puntaje: 8 (ocho)

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