Por Luis Pietragalla
No es esta la primera película coral, no será la última. La fascinación que ejerce el ¿género? en el espectador es la de ser partícipe de algo que difícilmente podría darse en la vida real: el seguimiento de varios “destinos” sin perderles rastro y observando cruces de los que muchas veces ni los mismos personajes son conscientes; y esto último acentúa la verosimilitud y aumenta el encanto.
Varias películas pueden nombrarse que han trabajado con criterio coral, como Los cuatro días de Nápoles (Le quatro giornate di Napoli, Nanny Loy, Italia, 1962), ¿Arde París? (Bruille-t-il Paris?, René Clement, Francia, 1966), Magnolia (Idem, Paul Thomas Anderson, EEUU, 1999) o el reciente Oscar Vidas cruzadas (Crash, Paul Haggis, EEUU, 2005). El cine argentino también abordó ese tipo de relato con Mujeres casadas (Mario Soficci, 1954) o Cinco gallinas y el cielo (Rubén Cavalotti, 1957), entre otras.
Una de sus claves para que queden logradas las historias individuales y la colectiva es un sólido guion, dentro del que la profundidad y la empatía con los personajes no queden ausentes. Mientras tanto tiene una firme, clara y elaborada estructura, pero adolece de personajes que se desempeñen con la libertad de sus propias premisas, sin ser dependientes de “eso-que-se-quiere-decir”, tal vez producto de una sobre-elaboración.
Esto no quita la encomiable profesionalidad que tiene el filme en todos sus rubros (desempeño de los actores; espacios de humor; notables trabajos de fotografía, arte, montaje y sonido; etc.), pero tampoco deja de quitarle cohesión.
Otro acierto destacable es el manejo de eso que nunca se hace explícito, aunque siempre esté presente: la tensión. Tensión de una ciudad peligrosa (Buenos Aires), donde cualquiera puede reaccionar desmesurada y violentamente respecto de un estímulo menor; tensión que da por resultado relaciones que no generan ni placer ni ida y vuelta; tensión que hace agredir al propio cuerpo (los tatuajes) para lograr la ilusión de identidad; tensión por la frustración de no saber a quién pedirle cuentas. Son vidas “chotas” las que nos da cuenta el guionista-director Diego Lerman; vidas con poco espacio para poder salir del “gris laberinto”, como lo llamó Joaquín Sabina.
Es de esperar que este joven cineasta siga evolucionando así en sus futuras obras. Ya lo demostró al haber tomado el riesgo de abordar una narrativa compleja en esta, su segunda película.
In Lerman we trust.
Título: Mientras tanto.
Título Original: Idem.
Dirección: Diego Lerman.
Intérpretes: Valeria Bertuccelli, Sergio Boris, Luis Herrera, Marilu Marini, María Merlino, Osmar Nuñez, Claudio Quinteros, Tatiana Saphir, Beatriz Thibaudin y Luis Ziembrowski.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 90 minutos.
Origen: Argentina/ Francia.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: 791 Cine.
Fecha de Estreno: 28/09/2006.
Puntaje: 6 (seis)