En la escena final de Amigos con dinero el personaje de Jennifer Aniston, que se llama Olivia y se dedica a limpiar casas para malvivir pese a poseer un título terciario, le confiesa a unos de sus clientes que tiene serios problemas. Lo mismo podría decirse de la tercera película de Nicole Holofcener cuyas realizaciones previas (Walking and talking de 1996 y 
Lovely & Amazing del 2001; ambas protagonizadas por su actriz fetiche Catherine Keener) jamás se estrenaron en nuestro país. Hay conflictos irresueltos en el guion de la misma realizadora que le juegan en contra y provocan el peor de los desenlaces: no nos creemos nada de lo que ocurre entre los personajes. Los actores se esfuerzan por defender sus partes con una dedicación abnegada pero eso no alcanza para solucionar los errores de Holofcener como autora. Intentaré explicar mi aserto.
No se sabe de dónde proviene la amistad de Olivia con Jane (Frances McDormand), Franny (Joan Cusack), Christine (la Keener) y sus respectivos esposos pero queda claro desde el título que a ellas les sobran billetes. Franny, por ejemplo, es millonaria y muy comprometida con causas benéficas. Tal es así que no hesita en donar dos millones de dólares cuando le parece necesario. No obstante, se niega a prestarle dos mil dólares a Olivia para que ésta pueda pagarse un curso de educación física. Una humillación a la que Olivia se sobrepone aunque uno no termine de entender qué clase de amiga es capaz de semejante crueldad. Y por ahí viene el dilema de Amigos con dinero. ¿Cómo puede Olivia, con todas sus limitaciones a cuestas, mantener un vínculo cercano con gente tan alejada de su realidad socioeconómica? La directora intenta justificarlo mediante un diálogo en el cual nos informan que Olivia era maestra en un colegio de chicos ricos y al cual renunció cansada de la hostilidad mostrada por ciertos alumnos que la resentían por su origen humilde. De ahí a conseguir trabajo como empleada doméstica para subsistir no me parece
una idea precisamente brillante. Según declaró Holofcener escogió esa actividad para lograr un contraste más marcado entre los personajes. Bueno, en mi humilde opinión, y perdón por mi expresión, se fue un poco al carajo. Es un planteo imposible de sostener al que tampoco lo ayuda las características de Olivia. Si se tratara de una mujer con estudios terciarios o universitarios, ¿no deberia esperarse algún gesto o palabra que denote esa educación? Yo creo que sí y mucho más cuando el filme desborda retórica por todas partes. Sin embargo, nada de esto sucede por lo que es muy difícil sentir algo por Olivia o sus amigos cuando la línea argumental carece de la más mínima verosimilitud.
La película, que oscila entre la comedia y el drama sin evadirse de la mediocridad, no es un engendro debido a un elenco convincente en el que no desentona nadie y se lucen Frances McDormand como una diseñadora de modas y Catherine Keener como una escritora que vive una crisis con su esposo (me parece imposible de creer que un tipo tan egoísta haya logrado seducir a una mujer tan sensible sin que ésta se dé cuenta antes). Afortunadamente breve en su duración, lo mejor que se puede hacer por Amigos con dinero es dejarla pasar. En la cartelera de cine hay propuestas muy superiores para el público adulto. Aunque pensándolo bien un libro tampoco estaría nada mal.
Título: Amigos con dinero.
Título original: Friends with Money.
Dirección: Nicole Holofcener.
Intérpretes: Jennifer Aniston, Catherine Keener, Frances McDormand, Jason Isaacs, Scott Caan, K.C. Clyde, Bobby Coleman, Joan Cusack, Greg Germann y Simon McBurney.
Género: Comedia dramática.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 88 minutos.
Origen: Estados Unidos.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Columbia.
Fecha de estreno: 12/10/2006.
Puntaje: 5 (cinco)
