Luego del suceso de Shrek y secuelas (este año se estrena una tercera parte) la desmitificación de los cuentos para niños en las películas de animación se está transformando en una cosa seria. La verdadera historia de Caperucita Roja, Hoodwinked a partir de aquí para ahorrarme tanto palabrerío, es un dibujo animado de bajo presupuesto generado por computadora que no puede ni intenta competir con las producciones de Disney o Pixar por lo que sus creadores han puesto el foco en la “creatividad” de un guion anárquico estructurado a la manera del clásico de Kurosawa, Rashomon (1950). Esto es, que cada personaje cuenta su versión del mismo hecho para clarificar un crimen. Por ende, desde que la policía toma declaración a Caperucita Roja nadie puede ignorar que estamos ante la presencia de un film bastante anómalo para los cánones tradicionales de la industria. Lo cual no significa que todas sus delirantes ideas y atropellados gags funcionen como deberían (aprovecho para aclarar que he visto solamente la versión en inglés).
El problema con Hoodwinked es que quiere hacer algo inédito desde lo estructural pero no aporta nada nuevo como comedia. La parodia de películas recientes ya aburre y que la abuelita adepta a los deportes extremos lleve tatuado en la nuca GGG (de “granny”, en obvia alusión al xXx de Vin Diesel) me parece tan poco gracioso como las mil y un piruetas en las que demuestra toda su habilidad sea en snowboard, paracaídas o inclusive lucha libre. Por suerte, pese a su disparidad, hay detalles para rescatar como el personaje del chivo cantor (absolutamente hilarante y sin dudas lo mejor de la peli), las simpáticas y nada insistentes canciones que se dejan oír de cuando en cuando y un ritmo frenético que logra disimular varias pifiadas de guion.
El punto de partida es la clásica historia de Caperucita que atraviesa el bosque con su canastita para visitar a su abu y en su lugar encuentra al lobo camuflado. De aquí en más, el delirio total: la viejita irrumpe de un placard maniatada de pies a cabeza y para colmo el leñador destroza una ventana e ingresa a la cabaña gritando como un energúmeno. Hace su aparición la fuerza del orden y para colaborar con el Jefe Grizzly se presenta la rana investigadora Nicky Flippers quien encabeza los interrogatorios. Existe en el bosque una presencia maléfica que está robando las recetas de deliciosos postres a sus dueños para lucrar por cuenta propia. ¿Quién es el responsable? Caperucita, la abuelita, el lobo y el leñador reconstruyen lo acontecido en ese día y así nos enteramos que la niña está harta de vivir sin conocer el mundo, que el lobo es un periodista sagaz, que el leñador en realidad no es tal cosa sino un actor dispuesto a todo por un casting y que abu… bueno, ya lo he dicho antes. Con esta premisa los directores y guionistas se las arreglan para entretener por un rato si el nivel de exigencia no toma demasiada altura.
Los chicos más pequeños probablemente no entiendan nada de esta propuesta. Y los más grandes quizás terminen por advertir que detrás del supuesto ingenio puesto de manifiesto no hay nada más que una fritura de material preexistente. Menos visto en el género, de acuerdo. Pero, en definitiva, nada nuevo bajo el sol. De todos modos, se deja ver.
Título: La verdadera historia de Caperucita Roja.
Título original: Hoodwinked.
Dirección: Cory Edwards, Todd Edwards, Tony Leech.
Voces originales: Anne Hatthaway, Glenn Close, Jim Belushi, Patrick Warburton, Anthony Anderson y David Ogden Stiers.
Género: Animación, Comedia.
Clasificación: Apta para todo público.
Duración: 80 minutos.
Origen: EE.UU./ Serbia y Montenegro.
Año de producción: 2005.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de estreno: 08/02/2007.
Puntaje: 6 (seis)