Por Pablo Arahuete
En la línea de Alta fidelidad, aunque menos irónica e inteligente, con personajes superficiales desde lo psicológico pero concretos y reconocibles, Letra y música del experimentado director Marc Lawrence (Amor a segunda vista) tiene todos los atributos para ser una buena comedia romántica, pasatista y agradable.
Si bien no esquiva los cánones de un género agotado en sí mismo cuenta con la presencia de 
una pareja protagónica, que siempre aporta en este tipo de películas una dosis de frescura y ciertas ocurrencias, suficientes para convencer y entretener al espectador, hasta -en algunos momentos- seducirlo.
Dentro del amplio rango de casualidades tolerables en este tipo de tramas, la historia de Alex Fletcher (un hilarante Hugh Grant) y Sophie Fisher (digna para enamorarse, Drew Barrymore) se desarrolla en el marco del negocio de la música pop, con un dejo de melancolía ochentosa que no sólo recupera la marca indeleble de aquella página musical y época ingenua que para Hollywood significó el reinado de las comedias livianas, sino que se mixtura en perfecta consonancia con un registro retro e irónico a la vez.
Esa ingenuidad puede reflejarse en el personaje de Sophie, quien no puede comprender cómo una canción, cuya letra reafirma la importancia de la búsqueda del amor, se termine degradando en un corte que sólo pretende vender un mensaje erótico a través de la sensualidad de su pop star adolescente, mezcla de Britney Spears (antes de raparse del todo) y Shakira. Gajes del ingrato negocio, intentará convencerla en vano Alex, otrora integrante de un grupo al estilo Wham! que en los 80 dominaban el mercado con sus hits, habían impuesto un look hoy tildado de ridículo y un movimiento de cadera sexy capaz de despertar la histeria femenina en un segundo.
Pero Alex, tras ese fugaz éxito del pasado, en la actualidad, es un dinosaurio sin inspiración que sobrevive con un repertorio de viejos hits en presentaciones patéticas frente a un auditorio de mujeres solas, casadas o gordas que aún suspiran por él. Por eso, la oportunidad de volver al ruedo con una composición musical de su autoría para incluirla en el próximo disco de Cora Corman (Haley Bennet), la sensación teenager del momento que lo solicitó a su manager, es la única chance de volver a despegar. Claro, la canción debe estar terminada en dos días y digamos que el flanco débil de Alex obedece a su poca creatividad a la hora de escribir.
Como parte del código irremplazable de toda historia de amor, el encuentro azaroso es clave 
y propicio para generar una empatía tan fuerte entre los personajes que desembocará en idílico romance con la simpática Sophie. Escritora y poetisa frustrada, llega a casa del cantante para hacerse cargo de sus plantas pero demuestra gran avidez para crear estrofas y así acepta ayudarlo a ponerle palabras a su melodía.
La melodía es como el sexo y funciona sólo si va acompañada de una buena letra explica la joven Sophie a su compañero mientras busca las frases justas para su canción. Posiblemente, una combinación justa de elementos como el timing de las sitcom, buenos personajes secundarios y la buena química entre Grant y Barrymore sean los ingredientes necesarios para que esta fórmula tan gastada como imprescindible funcione y aún pueda disfrutarse como esas canciones pegadizas que se esconden en la memoria y se obstinan en no abandonarnos.
Título: Letra y música.
Título Original: Music and lyrics.
Dirección: Marc Lawrence.
Intérpretes: Drew Barrymore, Hugh Grant, Campbell Scott, Brad Garrett, Kristen Johnston, Haley Bennett, Scott Porter y Zak Orth.
Género: Comedia, Romance.
Clasificación: ATP.
Duración: 106 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: Warner Bros.
Fecha de Estreno: 15/03/2007.
Puntaje: 6 (seis)
