En la película Estigma (Rupert Wainwright, 1999) el personaje de Patricia Arquette era poseída por una entidad que al ser interrogada sobre su identidad simplemente contestaba (en italiano): “El mensajero no es lo importante”. En Mimzy, la puerta al universo, por el contrario, importa tanto el mensaje como el que lo hace llegar a su destinatario. Que sean dos chicos encantadores –al menos la pequeña Rhiannon Leigh Wryn sí lo es- los encargados de asumir la responsabilidad de resolver el puzzle que plantea el film y salvar a la Humanidad se me antoja todo un símbolo (“La única patria feliz, sin territorio, es la conformada por los niños” decía el autor austríaco Rainer Maria Rilke). Dicho símbolo, puesto en manos de los ejecutivos de Hollywood se desnaturaliza por una voracidad comercial que transforma la historia de Lewis Padgett en un pastiche donde se retroalimentan desde alusiones cinéfilas a la obra de Steven Spielberg (las influencias de E.T., A.I. Inteligencia artificial y Encuentros cercanos del tercer tipo están a la vista) como a las creaciones literarias de Lewis Carroll –también homenajeado en el cuento original-. Además de observarse, por si hiciera falta, un trasfondo New Age con el personaje principal masculino experimentando con mandalas tibetanos como quien no quiere la cosa. Parece mucho, ¿no?
El origen de este delirio -por momentos confuso- es el cuento de 1943 “Mimzy were the Borogoves” (conocido en español con el título de “Mimosos se atristaban los Borloros”), escrito con el pseudónimo ya mencionado por el matrimonio conformado por Henry Kuttner y Catherine L. Moore –quienes en la década del 30 pertenecieron al ahora famoso Círculo de Lovecraft-. Este breve relato fue adaptado por Bruce Joel Rubin (ganador del Oscar por el guión de Ghost, la sombra del amor) y Toby Emmerich para que el veterano Bob Shaye retorne por segunda vez al sillón de director, luego de dieciséis años de ausentismo en los cuales como CEO de la New Line Cinema se dedicó a plasmar en celuloide el sueño de otros (la trilogía de El Señor de los Anillos no sólo hay que agradecérsela a Peter Jackson). Shaye- director tuvo la inteligencia para no bombardear inútilmente la trama de efectos visuales y se las apañó muy bien para marcar a los protagonistas sin quitarles naturalidad ni emoción. En cuanto al público al cual apunta su film, la situación cambia abruptamente y delata una indecisión que lo puede perjudicar. No es para una audiencia infantil y mucho menos para adultos. La franja del medio, los adolescentes, tampoco sabrá apreciarlo: está sintonizando otra onda (los muñecos ya fueron).
Argumentalmente, la película cuenta la aventura vivida por los hermanitos Noah (Chris O’Neil) y Emma (Rhiannon Leigh Wryn) al descubrir una misteriosa caja en la playa. Tras abrir la misma encuentran varios objetos, entre ellos unas extrañas piedras y un muñeco de peluche con forma de conejo al que Emma llama Mimzy. Lo que esconde el conejo es el ADN de la historia –si se me permite el juego de palabras porque los genes tienen mucho que ver con esto- y va a involucrar a los padres de Noah y Emma (Timothy Hutton y Joely Richardson), a un profesor de ciencias demasiado curioso (Rainn Wilson) y a un moderado antagonista que representa al gobierno de los Estados Unidos (Michael Clarke Duncan). Mimzy, es cierto, esconde un mensaje del futuro pero también el chivo más desvergonzado de la historia del cine. Duele que nos recuerden tan brutalmente que estamos viendo un producto comercial. El arte quedará para otra oportunidad…
Un concepto narrativo tan farragoso como el de Mimzy, la puerta al universo hubiese requerido de un guion con un mejor desarrollo que explicara con mayor propiedad algunas ideas claves. No se pudo o no se quiso y es una lástima, pero nunca una pérdida de tiempo. De ahí el lamento.
Título: Mimzy, la puerta al universo.
Título Original: The last Mimzy.
Dirección: Robert Shaye.
Intérpretes: Timothy Hutton, Joely Richardson, Michael Clarke Duncan, Rainn Wilson, Chris O’Neil, Rhiannon Leigh Wryn, Kathryn Hahn, Kirsten Williamson.
Género: Ciencia-ficción, Aventura, Drama.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 90 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 26/07/2007.
Puntaje: 6 (seis)
El staff opinó:
–Una infantil mezcla de New Age y fantasía que resulta bastante enmarañada para los más chicos y demasiado pavota para los preadolescentes-. Pablo Arahuete (5 Puntos)
–Aunque también pueda constituir uno de sus peores defectos, quizás lo más respetable de Mimzy, la puerta al universo sea una ambigüedad de registro que, hoy en día, resulta una anomalía (en el sentido más elogioso del término) dentro de un Hollywood con las pilas gastadas. Por lo menos no es fácil clasificarla, lo que no es poco decir. Mención aparte para la extraordinaria Rhiannon Leigh Wryn, una de las niñas más talentosas y espontáneas que se pudo ver en el cine en años…- Juan Blanco (7 Puntos)