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jueves, 21 noviembre 2024
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Tocar el cielo: Vivir y morir en Madrid

Por @PabloArahuete

Tras el exitazo descomunal de Elsa y Fred (2005), un film de inobjetable eficacia en cuanto a su búsqueda emocional, Marcos Carnevale vuelve con un proyecto más ambicioso que presenta desniveles en lo narrativo y un dispar resultado en las actuaciones.

Fiel a su estilo costumbrista y entroncado en una tendencia a favor del sentimentalismo -bastante similar al cine de Juan José Campanella-, Tocar el cielo abraza la idea de un relato coral que, por esas exigencias de las coproducciones argentino-españolas, establece un vínculo entre Madrid y Buenos Aires donde la distancia geográfica es un mero pretexto de la distancia afectiva. Y quizás en el afán de contar demasiadas historias el relato empieza a perder solidez y apela al recurso dramático, que en contadas ocasiones se acopla y en muchas otras aparece muy forzado.

Dividida entre Madrid y Buenos Aires, la película transcurre entre dos fines de año donde la tradición de la suelta de globos para pedir un deseo prevalece pese a la lejanía. Así, en España la celebración de un nuevo año no es suficiente para atenuar los ánimos entre un padre intelectual (Chete Lera, sobreactuado) y su hijo Fidel (Raúl Arévalo), quien hace años vive recluido en su habitación y no deja entrar a nadie, salvo a su mucama fiel. Digamos que este cabrón y cínico padre no necesita trabajar gracias al nivel de vida que le ha provisto su madre, Imperio (China Zorrilla), con quien no se ven hace mucho tiempo. La única que lo soporta y lo acepta con sus defectos es su inseparable amiga porteña radicada en la Madre Patria (Betiana Blum, sin dudas en una gran actuación), quien se hizo cargo del sobrino de su amigo (Facundo Arana) tras la trágica muerte de sus padres en un accidente automovilístico cuando apenas era un niño. Ahora, el muchacho desafía la muerte cada vez que sube a su moto o pilotea un aeroplano. Su otro hobby son las mujeres, atraídas por su irresistible donjuanismo, aunque no deja de tener buenas intenciones y se involucra en un matrimonio por conveniencia para que la gallega (Montse Germán) pueda adoptar un hijo en Argentina.

En esta melange de subtramas y personajes -sin nombrar a los secundarios como una preciosa joven llamada Elena que irrumpe intempestivamente en la endeble relación padre e hijo y consigue enfrentarlos aún más-, nuevamente una enfermedad es el detonante para acercar los personajes en un caprichoso modelo de resoluciones. Igual que en Elsa y Fred, en este caso es el cáncer de uno de los personajes lo que acorta los tiempos y repara una seguidilla de rencores y deudas afectivas. S

Sin ánimo de que resulte peyorativo, Marcos Carnevale no puede despojarse del sayo televisivo y entonces le impregna a su película los excesos y fallas naturales de toda ficción de pantalla chica. Tocar el cielo arranca como un film coral dinámico y pretencioso, sin dudas un respetable intento de superar la mediatinta expositiva de Elsa y Fred, pero se va desinflando al no poder crecer narrativa y dramáticamente.

Pese a sus graves fallas y a sus arbitrarias resoluciones, pueden rescatarse pequeños momentos de Arana y Zorrilla sumado a un intenso y conmovedor trabajo de Betiana Blum.

Tocar el cielo: Vivir y morir en Madrid 1Títuto: Tocar el cielo
Dirección: Marcos Carnevale
Intérpretes: Facundo Arana, Montse Germán, Chete Lera, Betiana Blum y China Zorrilla
Clasificación:
No disponible
Duración: 109 minutos
Género: Drama
Origen:
Argentina, España
Distribuidora: Buena Vista International
Año Realización:
2007
Fecha de estreno:
09/08/2007

Puntaje 5 (cinco)

Pablo Arahuete
Pablo Arahuetehttps://cinefreaks.net/2023
Licenciado en Periodismo y Comunicación, crítico de cine, escritor en potencia y soñador en acto. Amante del buen cine, la incertidumbre y las preguntas difíciles.
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