Por Juan Blanco
En la actualidad del cine Francés, la escasez de talentos artísticos para ciertos géneros ya es una realidad innegable, sobre todo en materia de guion y dirección. Por consiguiente, uno de sus géneros casi institucionales, como lo es –o era- la comedia francesa, está en problemas y desde hace ya un tiempo largo; uno de sus referentes obligados, tanto por su antigua excelencia como por su actual decadencia, es Francis Veber, a quien se le tuvo que perdonar el año pasado la mera corrección de Mi otro yo por respeto a Hay un tonto en mi casa (1998), quizás una de las mejores comedias francesas jamás filmadas. Para Mujer de lujo, al igual que sucedía con Mi otro yo, no cabe la calificación de producto execrable ni se habla de la más baja categoría que puede existir dentro del género, pero sí vale decir que tampoco se trata de una comedia digna de recordar como parte de la historia del cine. Para el caso, el director Pierre Salvadori (el mismo de El Restaurante) no es Veber y por consiguiente el daño es menor, pero aún así no menos real. Sus grandes fuertes: los buenos actores y la inocencia conceptual de la propuesta. Sus peores defectos: la falta de ideas nuevas y, peor aún, su confort en lo trivial.
Hablando de actores, y ya que casualmente mencionamos el film de Veber, en Mujer de lujo vuelve Gad Elmaleh, aquel actor de Mi otro yo con la cara de mamerto más convincente que pudo haberse visto en años en una película que demandara tal caracterización. El tipo es naturalmente poco agraciado pero increíblemente carismático a la vez, vaya uno a saber cómo o por qué. El caso es que este talentosísimo comediante, una suerte de Hugh Grant franchute, repite su rol de nardo poco resuelto como pocos podrían y corteja a la bellísima Audrey Tautou en una nueva muestra de comedia francesa envejecida, aunque tímidamente satisfactoria.
Argumentalmente la cosa va más o menos así. Él es un camarero raso en un lujoso Hotel de –no me acuerdo qué lugar de- Francia que se enamora de una cazafortunas desalmada y hospedada en el lugar. Un accidente tonto, de esos sólo creíbles en el marco de una comedia romántica, hará que Jean (Elmaleh) e Irène (Tautou) se crucen en el Bar y le dará pie a este pobre Buster Keaton de qualité (en tanto se trata del héroe en inferioridad de condiciones que quiere conquistar a su chica) para hacerle creer a la joven que es un millonario alojado en una de las mejores suites del Hotel. Este error conceptual hará que él se convierta, a los ojos de ella, en un playboy irresistible y digno de desplumar financieramente. El asunto se irá al demonio cuando Irène descubra –un año después- la identidad de su amante ocasional, pero más aún cuando Jean se quede sin trabajo por culpa de ella y termine optando, para estar a toda costa cerca de su enamorada y poder comprenderla, por oficiar de gigoló, o bien “caballero de compañía”, y así probar el gustito de la “vida de arriba”. Enredos varios irán y vendrán hasta el colorido acto final en el que… es un poco obvio, no?
En concreto, Mujer de lujo no duele, tanto a nivel coyuntural como conceptual, pero no ofrece nada de excelencia ni mucho menos sorpresas, salvo el detalle de que Audrey Tautou encarna un papel muy distinto al de chica poco cool ya visto antes o su patito feo habitual. Por el contrario, se la ve preciosa, espléndida diría, aunque la costumbre de verla siempre en roles opuestos nos deje la vaga impresión de un defasaje tonal entre la ex-Amelié y su actual personaje de femme comehombres. Como sea, es bienvenida tanta belleza, sobre todo en un filme donde, más allá de lo que posibilita la solvencia de sus protagonistas, hay que buscar algunos consuelos periféricos para que la cosa fluya.
Título: Mujer de lujo.
Título Original: Hors de prix.
Dirección: Pierre Salvadori.
Intérpretes: Audrey Tautou, Gad Elmaleh, Marie-Christine Adam, Vernon Dobtcheff, Jacques Spiesser y Annelise Hesme.
Género: Comedia, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 106 minutos.
Origen: Francia.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 06/09/2007.
Puntaje: 6 (seis)
El staff opinó:
–Infinitamente menos atractiva que El Restaurante, Salvadori reflota el estilo de las comedias de boulevar de los 40 y eso más que un mérito es un reflejo palpable de la falta de ideas y la superficialidad que se intenta camuflar con la simpatía de Tautou, que no era la indicada para el rol de cazafortunas, y en la solapada moraleja de que el amor no se puede comprar. Para ver copias de fórmulas, me quedo con las originales.– Pablo E. Arahuete (5 puntos)