Por Juan Blanco
Después de enfrentar esta supuesta primera (y esperemos qué última) desventura del espía adolescente Alex Rider, no sé realmente qué resulta más indignante: que en el marco del cine de estudios todavía se atrevan a concebir proyectos de espionaje under como Stormbreaker, o que en algún lugar del mundo exista gente capaz de consumirlo con placer (aunque sea culposo). Sí, se trata de otro sobrino lelo de James Bond, a su vez una especie de primo resfriado de Cody Banks, ya que es también un púber, y por qué no un pariente lejano de alguno de los otros tantos espías riñones del agente 007, como lo son xXx o incluso Jason Bourne (que no casualmente tiene las mismas iniciales que Bond).
El caso es que más allá de lo bajo que quepa ubicar a este espía lampiño en el árbol genealógico de su “familia” cinematográfica, lo verdaderamente triste es que el pobre Rider cae –tardísimo- a la fiesta de sus pares con apenas una bolsita de trucos baratos, anticuados y muy poco efectivos para la –cada vez más- difícil tarea de entretener en el mundo del espectáculo. En especial cuando en el ranking que mide el universo del espionaje ya existen demasiados ejemplos de “cuarta”; ubicando a Alex Rider: Operación Stormbreaker en una categoría, digamos, de “sexta” (hace por comparación que Agente Cody Banks parezca Casino Royale…).
El producto final, que amalgama sin precisión alguna códigos del cine de acción, del de artes marciales y del espionaje “bondiano” (abordados obligadamente con humor desde la sátira), es no menos que abominable. Calificación que incluso trasciende las evidentes deficiencias del guion, de la puesta en escena y de los demás elementos plásticos que juegan en este tipo de ofertas, y se aplica a los tantos actores apiñados en el proyecto, como ser Ewan McGregor, Alicia Silverstone, Mickey Rourke, Robbie Coltrane y Bill Nighy, entre otros; artistas que parecieran ya no obedecer a ningún criterio profesional (a pesar de que la mitad de ellos alguna vez fueron, de hecho, grandes profesionales) y que lucen desorientados y ausentes durante la hora y media de película. El insulso Alex Pettyfer, que la juega del agente Alex Rider al servicio secreto de… “algo”, no merece ser eximido del cachetazo.
Stormbreaker es la punta del iceberg que conforma el legado literario de Anthony Horowitz hacia este joven aspirante a espía; quedará por verse si la franquicia continúa atacando a través de las pantallas de cine en los próximos años o muere en este trunco primer intento. Por lo pronto este episodio debutante de la saga es… ¿cómo decirlo?: HORRIBLE, HORRIBLE, HORRIBLE!
Título: Alex Rider: Operación Stormbreaker.
Título Original: Stormbreaker.
Dirección: Geoffrey Sax.
Intérpretes: Alex Pettyfer, Ewan McGregor, Mickey Rourke, Bill Nighy, Sophie Okonedo, Alicia Silverstone, Sarah Bolger, Robbie Coltrane, Stephen Fry, Andy Serkis y Missi Pyle.
Género: Basada en novela, Acción, Aventura, Espionaje.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 93 minutos.
Origen: Reino Unido/ EE.UU./ Alemania.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Impacto Cine.
Fecha de Estreno: 13/09/2007.
Puntaje: 2 (dos)
El staff opinó:
–Engañosa incorporación de tantas figuras conocidas como único gancho de venta para este subproducto que mucho le debe al agente Cody Banks-. Pablo E. Arahuete (2 puntos)