La muerte física siempre fue un concepto difícil de introducir en la cinematografía infantil. ¿Cómo explicarle a un niño pequeño semejante tema cuando la mayoría de nosotros no estamos ni siquiera preparados para asumir nuestra propia mortalidad? Walt Disney fue uno de los pocos artistas que se animó a incorporar la tragedia a su producción de 
largometrajes. Sin exagerar, claro, pero lo suficiente para establecerle una reputación de genio cruel y despiadado entre madres y padres espantados por las copiosas lágrimas y el ululante llanto de sus criaturas. El tiempo ha pasado, Disney hace rato que está en el freezer y sin embargo su legendaria productora continúa transitando por la misma controvertida senda. El mundo mágico de Terabithia, adaptación fílmica del libro escrito en 1977 por la autora Katherine Paterson, hará las delicias de los críticos y analistas del cine porque, a diferencia de tantos otros títulos infanto-juveniles, cuenta con una profundidad quizás inesperada en este tipo de relatos. El resto de los espectadores, en cambio, saldrá devastado y angustiado por las decisiones de un guion para nada capcioso pero excesivamente melodrámatico en su tercer acto. Vaya esto como una benigna advertencia.
Suerte de hermana menor de El laberinto del fauno, la ópera prima del húngaro Gabor Csupo –reconocido por su activa participación en series animadas como Los Simpson y Rugrats– articula muy bien esos dos mundos antagónicos en los cuales se desenvuelven sus jóvenes protagonistas. Uno (el cotidiano), es dolorosamente real; el otro (Terabithia), no. Jesse (Josh Hutcherson, visto anteriormente en Zathura y en la delicada ABC de amor) es un chico de unos once años bastante hosco y callado con ciertas condiciones para el dibujo artístico. Vive en una granja con su numerosa familia que no lo contiene en lo emocional ni lo alienta a superarse en sus inquietudes personales. La persecución del vil metal pareciera ser la preocupación principal de unos padres demasiado absortos en sus propias actividades para comprender que su único hijo varón se encuentra a punto de trasponer la frontera entre la niñez y la adolescencia. Simplemente no lo registran. Al curso escolar de Jesse llega Leslie (AnnaSophia Robb), una chica claramente muy diferente al resto de la clase. Pronto descubren que los unen varias cosas; entre ellas, las carreras individuales; la misma condición de “freaks” a los ojos de algunos de sus compañeros más burlones y, sobre todo, una imaginación fértil y abierta para convertir un terreno boscoso cercano a sus casas en el reino inexplorado de Terabithia. Jesse y Leslie se refugian en su amable fantasía heroica donde los mosquitos pueden convertirse en soldados feroces, los árboles en trolls bondadosos y hasta ellos mismos son capaces de dar saltos prodigiosos o correr a velocidades inauditas. En ese mundo son felices y se sienten a salvo de los monstruos verdaderos que no viven en ése sino en el otro mundo (y todos podemos dar fe de esto).
Las promociones nos venden un producto en la línea de Narnia o Harry Potter que no se
ajustan al contenido real de la historia. Seamos sinceros: El mundo mágico de Terabithia es melancólica, triste, dolorosa. Cuenta sobre un momento muy especial en la vida del ser humano donde los cambios físicos y emocionales le anticipan que, en un futuro no muy lejano, sus días de niño inocente se habrán perdido para siempre. Como una piel que se desprende para pasar a una etapa menos luminosa en la cual los juegos y la imaginación están cada vez menos permitidos. Gabor Csupo fue capaz de recrear esa transición con enorme sensiblidad demostrando su conocimiento sobre los pre-adolescentes a la perfección y eligiendo muy bien a sus actores protagónicos. Polémicas aparte, su trabajo salta a la vista y no se discute en absoluto. Sin dudas, un gran debut en la pantalla grande.
Ahora bien, ¿cómo se explica que la película esté doblada al español y con un título tan orientado al mercado infantil cuando la calificación reza que es para mayores de 13 años?. A los responsables de la distribución (se trata de la UIP) les corresponde tomar la palabra. Somos todo oídos…
Título: El mundo mágico de Terabithia.
Título Original: Bridge to Terabithia.
Dirección: Gábor Csupó.
Intérpretes: Josh Hutcherson, AnnaSophia Robb, Zooey Deschanel, Robert Patrick, Bailee Madison, Katrina Cerio, Devon Wood, Emma Fenton, Grace Brannigan y Latham Gaines.
Género: Drama, Fantasía.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 96 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: UIP.
Fecha de Estreno: 10/01/2008.
Puntaje: 7 (siete)
El staff opinó:
–Pese a los estereotipos comunes de este tipo de filmes, esta propuesta del creador de Rugrats resulta muy interesante por haber encontrado un equilibrio entre la fantasía y la realidad sin pirotecnia digital. Aunque puede cuestionarse el vuelco dramático de la trama, quizá el mayor problema de la película obedezca a un desacierto de marketing por intentar ampliar el espectro de público. El mundo mágico de Terabithia es un drama con elementos de fantasía y no al revés.– Pablo E. Arahuete (7 puntos)
–Una mezcla interesantísima entre El Laberinto del Fauno y Mi Primer Beso que aparentemente viene de una novela de los 70’s mucho más interesante aún. Una película igual de ingeniosa y emotiva que se comprendería y aceptaría de mejor manera si se la despojara de toda la periferia de marketing que trata de venderla como una fábula para niños. No lo es. Elogios aparte para la intrigante AnnaSophía Robb, hasta el momento apenas una actriz casi-revelación…– Juan Blanco (7 Puntos)
