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sábado, 23 noviembre 2024
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Gigantes de Valdés: Postales del sur

Por Pablo E. Arahuete

En Gigantes de Valdés, debut del publicista Alex Tossenberger en el largometraje, coexisten dos filmes que por su naturaleza entran en conflicto. Por un lado, el folleto turístico que resalta la majestuosidad de Península Valdés y sus atracciones habituales -léase ballenas, lobos marinos, Océano y paisajes varios- mientras que por otro hay una película con historias y personajes simples. Esa simpleza se transmite desafortunadamente a las resoluciones narrativas más elementales y hacen del relato un cúmulo de lugares comunes; un desfile de estereotipos de manual compensado con una buena factura técnica en sonido y fotografía.

Aunque su director haya intentado, gracias al empleo de primeros planos en los rostros, equilibrar el texto con el fondo imponente que lo rodeaba, la balanza se inclina a favor de la postal turística en detrimento de la historia ya vista en otras oportunidades, como en La nave de los locos de Ricardo Wüllicher, en defensa de los recursos naturales y con la dicotomía entre conservacionismo y progreso. Por supuesto que progreso en términos económicos y no en su estricto sentido.

Así las cosas, la trama gira en torno a Tomás Bullrich (Federico D’ Elía), quien llega a Península Valdés en calidad de investigador para dejar el camino libre a una compañía hotelera dispuesta a construir un resort de lujo. Mantiene oculta su verdadera misión y se gana de inmediato la confianza de los lugareños, entre ellos una maestra rural (Isabel Macedo) que decidió asentarse allí tras quedar enamorada del lugar. Algo parecido le irá ocurriendo a Tomás a medida que se vaya familiarizando con la gente, hasta que se cruce con el capitán Morelo (Alfredo Casero, desaprovechado), un inescrupuloso empresario que maneja todos los hilos en el lugar y hace del turismo un gran negocio. Sin embargo, Tomás cree poder seducirlo con una gran oferta para que aquel haga las valijas (igual destino les esperará a los pobladores una vez instaladas las máquinas), pero Morelo descubre frente a todos las verdaderas intenciones del visitante porteño devenido traidor. Con las cartas sobre la mesa, la permanencia de Tomás pende de un hilo si nadie le da cobijo. La segunda oportunidad llega cuando conoce a José (Miguel Dedovich) y su ayudante Sebastián (Jorge Sesán), quienes lo contactarán con el verdadero conocimiento de la naturaleza y sus secretos, pero sobre todo lo transformarán como persona.

En la línea de viaje de auto-conocimiento con aprendizajes mutuos, la trillada relación maestro-alumno se reproduce entre José, un marisquero hosco y analfabeto que se enfrenta a Morelo, y Tomás, preparado para hacerle frente y defender el lugar. Da la impresión que a Alex Tossemberger le sucedió algo similar a lo que le pasa a su protagonista: se enamoró del lugar y sus personajes sin retomar su misión: la de narrar una historia.

Título: Gigantes de Valdés.
Título Original: Idem.
Dirección: Alex Tossenberger.
Intérpretes: Federico D’Elía, Alfredo Casero, Isabel Macedo, Miguel Dedovich, Georgina Barbarossa, Mirta Wons y Jorge Sesán.
Género: Drama.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 110 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Primer Plano.
Fecha de Estreno: 17/01/2008.

Puntaje: 5 (cinco)

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