Por Emiliano Fernández
Apariciones (An American Haunting, 2005) está basada en una leyenda popular norteamericana que describe el tormento padecido por una familia a manos de un espíritu inclemente. Se supone que es el único caso comprobado de una muerte producida a partir de la intervención de un fantasma o fuerza sobrenatural… La película sigue más o menos los acontecimientos “reales”: primero el ataque contra la adolescente Betsy Bell y luego contra el jefe del clan, el padre John Bell. El problema principal pasa por la ridícula historia de fondo y la innecesaria justificación que el guionista y realizador Courtney Solomon construyó vaya uno a saber con qué fin. Parece que todo se desencadena por la maldición de una mujer con fama de bruja. El buenazo de John le cobró un interés del 20% por la explotación de una franja de su terreno. Los latifundistas son unos usureros terribles…
Las flaquezas son cuantiosas. Prácticamente no existe desarrollo narrativo. El film repite una y otra vez la misma escena calcada de El Ente (The Entity, 1981) y condimentada con elementos de El Exorcista (The Exorcist, 1973): mobiliario volando por los aires, quejidos de ultratumba, levitación violenta, ventanas que explotan y violación sistemática para la pobre protagonista. Los sustos son cronometrados, los efectos especiales no apuntalan correctamente el terror, las vueltas de tuerca son risibles y hasta los personajes que llegan desde el exterior para ayudar a la familia (un sacerdote y un científico) son tan rudimentarios que sólo consiguen agigantar el tedio. La trama es deficiente y en exceso derivativa, carente de inspiración y vuelo conceptual. Todo estos estereotipos ya se vieron en muchísimas oportunidades, bajo mejores condiciones y explotados con solvencia.
Resulta increíble pero contamos con la presencia de Donald Sutherland y Sissy Spacek, ambos componiendo en piloto automático al matrimonio Bell. Genera un poco de lástima ver a dos grandes actores inmersos en un desastre de enormes proporciones. ¿Será necesidad económica, amistad imprudente o simplemente despuntar el vicio? Nunca lo sabremos… Lo cierto es que esta doble participación repara en gran medida el ínfimo aporte del resto del elenco, con la inexpresiva Rachel Hurd-Wood como Betsy a la cabeza. Son tantos los tiempos muertos y los minutos desperdiciados que terminan destruyendo la poca empatía ganada a partir de la clásica premisa central relacionada con la posesión supraterrenal. Entre secuencia y secuencia de ataques nos topamos con un combo de pesadillas, alucinaciones y visiones que provocan más fastidio y cansancio que miedo.
El canadiense Solomon, responsable de la también espantosa Calabozos y Dragones (Dungeons & Dragons, 2000), demuestra una vez más su incompetencia y falta de talento. No sólo desconoce los resortes propios del género, también en términos técnicos demuestra sus limitaciones (diagramación de tomas, fotografía, utilización de la música incidental, edición, etc.). El guion es confuso, la realización aburrida y el tono inadecuado. Hollywood sigue con serios problemas para redondear productos de género de calidad que propongan algún componente novedoso o por lo menos una interesante reformulación de los viejos y queridos tópicos de siempre. Apariciones es uno de los peores exponentes del horror estadounidense actual y falla en tanto relato destinado a sobresaltar. Debido a su medio pelo y cobardía general, ni siquiera funciona como crónica de un martirio incesante…
Título: Apariciones.
Título original: An American Haunting.
Dirección: Courtney Solomon.
Intérpretes: Donald Sutherland, Sissy Spacek, James D’Arcy, Rachel Hurd-Wood, Matthew Marsh, Thom Fell, Zoe Thorne, Gaye Brown, Sam Alexander y Miquel Brown.
Género: Terror, Drama de época.
Calificación: Apta mayores de 16.
Duración: 83 minutos.
Origen: EE.UU./ Reino Unido/ Canadá/ Rumania.
Fecha de realización: 2005.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de estreno: 31/01/2008.
Puntaje: 2 (dos)
El staff opinó:
–La remanida historia de la casa poseída por un espíritu maligno en una película que no tiene vuelo, ni asusta y encima utiliza a dos grandes actores referentes del género y los desaprovecha de manera imperdonable. Recomendable ver El Exorcista y El Ente para ahorrarse dinero y tiempo-. Pablo E. Arahuete (2 puntos)