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jueves, 21 noviembre 2024
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27 bodas: 28 veces bella

Por Juan Blanco

Que levante la mano el –hombre heterosexual- que no disfrute de ver a Katherine Heigl en pantalla grande haciendo… lo que sea. No veo manos levantadas por ningún lado… y supongo que por un simple motivo: no puede, ni podría, haberlas. Katie, por sí sola, constituye con su presencia unos cuántos propósitos a priori del tipo de producto que se esté a punto de enfrentar en la oscuridad de la sala. Aún cuando se trate de una comedia romántica intrascendente, apenas correcta, con igual cantidad de gags certeros que de momentos embarazosos (y no me refiero a la Heigl puesta en esa situación literalmente, como sucedía en Ligeramente embarazada), como lo es en efecto 27 Bodas; por cierto, un film de la directora/coreógrafa de Step Up.

Katie, muy bella y enérgica ella, interpreta a Jane, una joven increíblemente polifuncional y brillante en todo lo que se proponga. Profesionalmente es una especie de mega-asistente o alta secretaria ejecutiva enamorada en secreto de su jefe (Edward Burns, sos duro pero te queremos –dirigiendo, no actuando-), quien no repara en la mujer perfecta que tiene arrastrándole las dos alas desde hace años; y en el plano personal, Jane es una eterna enamorada de las bodas, tanto de la ceremonia en el sentido espiritual como de las fiestas que acompañan la ocasión; tal es así que la muchacha es capaz de concurrir a dos eventos en simultáneo, cambiándose repetidas veces en un taxi para no defraudar a dos novias mejores amigas casándose una misma noche. Ya sea cumpliendo con sus deberes laborales o con su obligada –y celebrada- vocación de “dama de honor” en infinidad de bodas (27 a la fecha, para ser exactos), Jane vive sometida a la voluntad de terceros, terminando siempre velando por los intereses de los demás antes que por sus propias necesidades, y en última instancia, por conseguir eventualmente su propia felicidad. Pero su protocolo de “vida” pasará a tener los días contados, en especial a partir de que su jefe se enamore de Tess (Malin Akerman), nada menos que la hermanita menor de Jane, y de que se cruce en su rutina un cínico y atolondrado periodista (el extraordinario James Marsden), quien perderá la cabeza por la chica y estará dispuesto a todo para captar su atención.

Parte comedia de enredos, parte fábula romántica, pero por sobre todas las cosas una Heigl todoterreno. Fuera de cierto logrado prorrateo de cinismo en el humor y de los cuantiosos buenos aportes del reparto secundario (aplausos para Judy Greer, la mejor amiga de la protagonista), 27 Bodas es PURO Heigl y no sería lo que es sin ella; una actriz ostensiblemente sobre-exigida y obligada a ponerse la película al hombro, al igual que lo está su personaje a calzarse los 27 vestidos de casamiento del título. Y debo decir que lo logra, quizás sin conseguir elevar a la propuesta a un nivel de alta excelencia (por cuestiones de guion y por los infinitos lugares comunes del género), pero sí procurando dignificarla para que la experiencia completa no sea una perdida de tiempo ni de plata. Gracias a Katie, vale la pena esperar esos 110 minutos hasta ver a Jane finalmente poniéndose el vigésimo octavo vestido…

Título: 27 bodas.
Título Original: 27 Dresses.
Dirección: Anne Fletcher.
Intérpretes: Katherine Heigl, James Marsden, Malin Akerman, Peyton List, Edward Burns, Melora Hardin, Judy Greer, Brian Kerwin, Jennifer Lim, Danielle Skraastad, Yetta Gottesman y Erin Fogel.
Género: Comedia, Romance.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 111 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Fox.
Fecha de Estreno: 07/02/2008.

Puntaje: 6 (seis)

El staff opinó:

La segunda película como directora de la coreógrafa Anne Fletcher es una de esas comedias románticas tan desatadamente cursis que uno siente un poco de vergüenza ajena mientras sufre desde la platea. Más rara es la situación al advertir cómo la disfrutan las mujeres, festejando gags que no dan para tanto e identificándose quizás demasiado con la protagonista encarnada por la siempre exquisita Katherine Heigl (bastante desaprovechada convengamos). Recomendada exclusivamente para chicas que sueñen con el casorio y chicos en sintonía con su lado femenino. La secuencia en la que Heigl y James Marsden cantan “Bennie & the Jets” seguramente estará entre lo más bochornoso de este 2008.Diego Martínez Pisacco (5 puntos)

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