Por Pablo Arahuete
Un novio para mi mujer es otra comedia de Juan Taratuto. Y tratándose de su tercer opus, decir esto más que ser un dato alentador es por el contrario una señal de alerta no sólo para su realizador sino para un cine argentino que busca llegar al gran público con propuestas más accesibles en cuanto a la platea, pero que no logra trascender el “ABC” de cualquier película de género. En este caso ese “ABC” no es otro que el de la predecible fórmula del encuentro y el desencuentro de toda comedia romántica, con la salvedad que la pareja protagónica no cuaja de la forma en que debería y, lo que es más grave aún, las situaciones planteadas por un guión demasiado esquemático no se resuelven de la mejor manera.
Ya en su segunda obra ¿Quién dijo que es fácil? (2007), con Diego Peretti y Carolina Pelleritti, el guionista Pablo Solarz –también convocado en esta oportunidad- reflejaba en un guión sencillo mayor focalización sobre los personajes femeninos que sobre los masculinos, con la suerte de que para el rol del hombre contaba con la gran actuación de Diego Peretti. En este caso resulta evidente el predominio de Valeria Bertuccelli sobre un Adrián Suar (que hace de Adrián Suar) y un Gabriel Goity que no se mueve un ápice de lo que viene haciendo en televisión. Eso no significa que sean malas actuaciones, sino que gracias a sus aceptables desempeños y a la descollante interpretación de Bertuccelli salvan del aplazo a Taratuto, quien en su calidad de alumno aplicado -a los cánones del género- saca una buena nota. Con este nuevo intento, se confirman algunas dudas que ya habían aparecido anteriormente respecto a su limitada batería de recursos cinematográficos a la hora de plantear el desarrollo de sus historias. Y esa limitación surge en la primera media hora de la película, cuando el relato avanza sobre los carriles más trillados de la famosa guerra de los sexos, recordando por citar sólo un ejemplo a esa película llamada Por fin me la quité de encima (1986).
Esa es la premisa que da el puntapié inicial a la nueva comedia de Juan Taratuto: el Tenso (Adrián Suar) está casado con la Tana Ferro (Valeria Bertuccelli) desde hace dos años y no tiene el valor de decirle que quiere separarse. Ella viene a representar todas aquellas fantasías que en cualquier reunión de hombres en un bar o -como en este caso- en una cancha de fútbol cinco, terminan por encasillar al sexo opuesto en el rubro de insoportables, negativas, descuidadas y cualquier otra característica que pueda contribuir a la categoría de monstruo fagocitador de neuronas. Por lo menos, eso refleja el punto de vista del tenso Tenso, quien aconsejado por un hombre maduro y tras agotar todas las instancias posibles para lograr un acercamiento en la pareja, acude a los servicios del “cuervo Flores” (Gabriel Goity), otrora conocido en el barrio como un Don Juan. El plan es simple: el cuervo seducirá a la Tana y así ella se alejará de su pareja. Hasta aquí todo marcha por el camino de la comedia de situación, con ciertos chispazos de comicidad, donde sin dudas el atractivo principal es ver cómo el adorable seductor se las ingenia para atrapar en sus redes a la ponzoñosa Tana, quien despotrica contra todo y todos desde que se levanta hasta que se acuesta. Pero, sin mayores sorpresas para un espectador ávido en este tipo de historias, la red se cortará por lo más delgado y tanto la presa como su cazador furtivo terminarán mostrando otra faceta de los vínculos humanos.
Afirmar que la tercera película del director de No sos vos, soy yo (2004) es un notable retroceso en materia de lo que viene mostrando sería un tanto injusto, aunque si es notorio que se trata de su film más flojo. Quizá no podía ser de otra manera si se lo circunscribe como cierre de un tríptico, cuyo eje se centró en las relaciones de parejas y sus rupturas, pero sería conveniente que a partir de aquí el eje de las historias de Taratuto cambie de lugar; que advierta sus defectos y vicios para poder explotar de la misma manera que lo hace Valeria Bertuccelli cuando se transforma de bruja de cuento de hadas en mujer vulnerable y sensible de carne y hueso, en un cambio de registro que viene a equilibrar un poco la balanza cuando del lado de la comedia queda muy poco por rescatar. No es nada fácil amalgamar un buen elenco, una buena trama, una dirección sólida y un final convincente; y aquí está la prueba.
Título: Un novio para mi mujer.
Título Original: Idem.
Dirección: Juan Taratuto.
Intérpretes: Adrián Suar, Valeria Bertuccelli, Gabriel Goity, Marcelo Xicarts, Martín Salazar y Luis Herrera.
Género: Comedia, Romance.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 100 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 15/02/2008.
Puntaje: 5 (cinco)
El staff opinó:
–Una comedia más que cumplidora, no necesariamente una gran película. Aunque el problema no reside en la obra en sí, que de hecho no está nada mal, sino en que uno a Taratuto le pide más porque se sabe que el tipo puede dar (y en pasado dio) un poco más. Aún con las objeciones que se le quieran acercar, Un novio para mi mujer tiene una fuerza en su género y una llegada desde lo emocional que no se puede discutir. Bertuccelli, en una actuación del re carajo (por no decir del “orto”…)– Juan Blanco (7 puntos)
–La más intrascendente de las comedias realizadas por Juan Taratuto es también de las más graciosas por exclusivo mérito de una antológica Valeria Bertuccelli. La historia es cualquier cosa y los actores secundarios están totalmente desdibujados, por lo que no convendría verla con grandes expectativas. Si tiene un amigo extranjero que quiere aprender a insultar en español, esta es su película. La Tana es capaz de hacer sonrojar a un barrabrava de la 12… Qué boquita, madre mía!!!– Diego Martínez Pisacco (6 puntos)