Chocolate por la noticia para el que venga a agitar la bandera anti-hollywoodense sosteniendo que Puntos de vista carece de un enfoque nítidamente político pese a narrar un atentado terrorista contra la vida del presidente de los Estados Unidos. Es obvio que los productores buscaban contar una historia lavada de cualquier intención que no sea meramente pasatista. Señores, estamos hablando de Hollywood y no de Costa-Gavras. De un cine hecho para ser consumido y desechado ni bien empezaron a desfilar los créditos finales. No hay aquí una reflexión moral sobre la estrategia del país del norte para invadir países petroleros con la inflamada excusa patriótica de que el mundo necesita de su intervención para extirpar al Mal (así, con mayúsculas) que desangra a la Humanidad. Dejemos esa clase de observación a gente más capacitada para ejercer una crítica imparcial -como los europeos, por ejemplo- y concentrémonos en la acción arrolladora, por momentos virtuosa, que le ha conferido el director debutante Pete Travis a esta explosiva e inocua Puntos de vista.
Curiosa mezcla de la estructura fragmentaria del clásico nipón Rashomon (1950) con la temática paranoide de la serie 24, la película se sostiene como ejercicio de estilo, aunque el guion presenta más fallas que aciertos en su afán por sorprender cada diez minutos. El súmmum de las arbitrariedades se suscita en un clímax donde el autor Barry Levy procura atar todos los cabos sueltos con una liviandad seguramente intolerable para los puristas. Paradójicamente, ese mismo final es lo más apasionante del film porque allí Pete Travis utilizó todos los recursos técnicos y narrativos habidos y por haber para cerrar el relato con una persecución automovilística a la altura de un Paul Greengrass (saga Bourne). Dicho sea de paso, Greengrass fue el productor y guionista de Omagh, un telefilme dirigido por Travis en el 2004. Seguramente algún consejito habrá recibido del notable realizador de Vuelo 93.
Todo el argumento de la película se desarrolla en aproximadamente media hora. En ese lapso se describe desde ocho perspectivas diferentes lo que ocurre en un acto multitudinario en Salamanca, España, donde se va a intentar conformar una coalición entre varios países para confrontar al terrorismo internacional. El esperado discurso del Primer Mandatario estadounidense se ve malogrado cuando recibe dos disparos en el pecho. Se desata la locura en el lugar. El servicio de inteligencia responsable de proteger al presidente comienza a barrer la zona buscando al agresor mientras la gente se dispersa presa de la histeria colectiva. Trascartón, la explosión de una bomba en el escenario es más que suficiente para convertir el caos en un auténtico pandemonium. Allí, nadie está exento: manifestantes locales (Eduardo Noriega), turistas dispuestos a grabar con su video-cámara todo lo que pase y cueste lo que cueste (Forest Whitaker), periodistas horrorizados que no salen de su asombro (Sigourney Weaver y compañía), los mismos terroristas que organizaron el atentado (Edgar Ramírez, Ayelet Zurer y Saïd Taghmaoui) y, desde ya, los guardaespaldas en cuyo fatídico turno ocurriera la tragedia (Dennis Quaid y Matthew Fox). William Hurt cumple un doble rol interpretando al presidente y a alguien más (ya está enunciado en esta misma oración).
Como se dijo, el guion de Puntos de vista está atado con alambre desde donde se lo mire. Si el Servicio Secreto de los Estados Unidos se manejara siempre con el nivel de amateurismo que se observa en este filme, los dirigentes de ese país durarían menos que un eyaculador precoz seducido por Luciana Salazar. Las capas con las que Barry Levy ha entretejido las distintas líneas alternas se vuelven cada vez más inconsistentes al forzarse la trayectoria de situaciones y personajes que jamás podrían hacer todo lo que hacen en ese tiempo y de esa forma. Pero en fin, ya se sabe que la estética en Hollywood lo es todo (o casi todo). Pete Travis ha creado una con mucha pirotecnia visual, editada a ritmo de video-clip y con la fuerza avasallante de un huracán. En este esquema los actores sólo pueden ser soldaditos obedientes al servicio de una puesta en escena tan brillante como utilitaria en la cual el realismo no tiene cabida. Esta película sirve para una sola cosa. Úsela y tírela.
Título: Puntos de vista.
Título original: Vantage Point.
Dirección: Pete Travis.
Intérpretes: Dennis Quaid, Matthew Fox, William Hurt, Forest Whitaker, Sigourney Weaver, Eduardo Noriega, Saïd Taghmaoui, Edgar Ramirez, Zoe Saldana, Richard T. Jones, Rocío Verdejo, Dolores Heredia, Guillermo Iván, Lisa Owen, Holt McCallany, Bruce McGill, Ayelet Zurer y James Legros.
Género: Thriller, Acción, Drama.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 90 minutos.
Origen: EE.UU.
Fecha de realización: 2007.
Distribuidora: UIP – Sony.
Fecha de estreno: 28/02/2008.
Puntaje: 6 (seis)
El staff opinó:
–Si bien hay que tomarlo como un divertimento no puede dejarse de lado que este film pretende ser serio desde su planteo formal. Eso solo lo hace ridículo, torpe y absolutamente arbitrario, engañoso, desde el primer segundo hasta el último. Perdón Akira Kurosawa, no saben lo que hacen...- Pablo E. Arahuete (4 puntos)