Ecos subielanos sobrevuelan en este drama que explora una relación filial condicionada por los desajustes emocionales del infante del título. Es muy buena la química entre el grandioso John Cusack y el pequeño Bobby Coleman en el marco de una película tan digna como limitada.
Si ponemos la lupa sobre el argumento de Un niño de otro mundo, más de uno sentirá cómo sobrevuelan ciertos ecos subielanos en la sala de cine. De todos modos no se trata del primer acercamiento de Hollywood a Hombre mirando al sudeste (1986). Algunos recordarán esa remake no asumida que fue K-Pax (2001), con Jeff Bridges en el papel de Lorenzo Quinteros y Kevin Spacey en el de Hugo “Rantés” Soto. Por aquel entonces Eliseo Subiela había amenazado con iniciar una demanda por plagio pero pasó el tiempo y no se supo nada más al respecto. Esta Martian child dirigida por el holandés Menno Meyjes (ex colaborador de Steven Spielberg, para quien escribió El color púrpura y el episodio La misión de la serie Cuentos asombrosos) utiliza una premisa parecida pero con fines muy diferentes, claramente orientados a un público familiar y masivo. Meyjes, un reconocido guionista de la industria que accedió a la dirección en 2002 con el desparejo drama Max (también protagonizado por John Cusack), no fue el responsable de adaptar la novela homónima de David Gerrold, y de hecho el asunto parece un encargo llevado a cabo prolijamente. El Meyjes que conozco es mucho más ambicioso y habrá que esperar sus próximas obras para reevaluar nuevamente su potencial.
John Cusack interpreta a David, un autor de best-sellers de ciencia-ficción todavía de luto por el fallecimiento de su esposa. Una de las cuentas pendientes que le quedó a la pareja fue la de criar a un hijo. En algún momento se barajó la posibilidad de adoptar a una criatura pero el trágico destino de la mujer se interpuso en el camino. Pese a ello, la intervención de una asistente social (Sophie Okonedo) vuelve a tentar a David. Sopesando los pro y los contras decide rehusar el ofrecimiento, aunque al conocer a Dennis (Bobby Coleman) no puede sino identificarse con ese chico extraño hasta la exasperación. Y eventualmente intentar darle una familia. Acotada, pero familia al fin. Claro que las excentricidades de Dennis pondrán a prueba su redescubierto instinto paterno de mil maneras distintas. El nene asegura venir de Marte para acopiar información sobre el modo de vida terrícola; usa un cinturón anti-gravitacional, no tolera el sol, busca especimenes animales, vegetales y minerales que guarda en bolsitas Ziploc con todo cuidado, y registra cuanto lo rodea sacando fotos con una Polaroid. Para tal fin no le importa robar las pertenencias de sus compañeritos de colegio. Y ojo con el idioma marciano… cuando emite una frase (una de las cuales suena algo así como Freena wobbly meetya) no se sabe si está pidiendo que le pasen el azúcar o mandando al interlocutor de turno a comprar churros exactamente allí donde ustedes se imaginan. David lo contiene con toda la paciencia del mundo porque intuye las carencias afectivas y los desequilibrios emocionales que debe estar atravesando para inventarse semejante camelo. ¿O acaso alguien cree realmente que viene de Marte? El que así lo piense se merece un “Nanu, nanu” de Robin “Mork” Williams.
Con semejante material se corría el riesgo de caer en el más ramplón de los melodramas. Como uno de esos vulgares telefilmes de la semana de cualquier cadena televisiva estadounidense. Si esto no ocurre obedece a que Meyjes evita el regodeo en el patetismo que a veces sugieren y otras exhiben explícitamente los personajes principales. El drama, con algunos apuntes humorísticos, siempre se detiene pudorosamente un segundo antes de propinar el golpe bajo que merodea sin emerger del todo. El otro gran mérito recae en la dupla integrada por Cusack y Coleman que hacen creíble su relación de padre e hijo y logran emocionar en un final seguramente demasiado calculado para que así sea pero que, en definitiva, funciona. No obstante, la química de los actores en ocasiones no alcanza a disimular las limitaciones de una propuesta que se excede en duración y apenas atina a esbozar una subtrama entre David y la Harlee compuesta por esa hermosa actriz que es Amanda Peet. Espectadores emotivos y portadores de corazones reblandecidos seguramente saldrán moqueando de esta experiencia. Subiela, quién sabe, tal vez esté llamando a su abogado. Duda razonable, que le dicen…
Título: Un niño de otro mundo
Titulo Original: Martian Child
Director: Menno Meyjes
Género: Basado en novela, Drama
Intérpretes: John Cusack, Bobby Coleman, Amanda Peet, Sophie Okonedo, Oliver Platt y Joan Cusack
Duración: 106 minutos
Origen: Estados Unidos
Año Realización: 2007
Distribuidora: Distribution Company
Fecha Estreno: 06/03/2008
Puntaje 6 (seis)