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jueves, 21 noviembre 2024
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Jumper: Turismo mental (tarifa económica)

Nadie más o menos cuerdo pondría en tela de juicio el acabado técnico de las películas hollywoodenses. El grado de profesionalismo que manifiestan suelen disimular sus muchas deficiencias en el desarrollo de personajes consistentes y en la erradicación de fórmulas narrativas perimidas. Ocasionalmente ese virtuosismo formal logra elevar a un producto prototípico de la medianía absoluta (me vienen a la mente algunas secuencias de Terminator 3) y en otras francamente, no. Jumper, por varios motivos, pertenece a este último grupo. La sensación que da esta fallida aventura concebida por Doug Liman (el iniciador cinematográfico de la saga Bourne) es de una alarmante pereza en todos los aspectos creativos. Como si la premisa planteada fuera suficiente sostén para atrapar a una audiencia juvenil estéticamente más afín a los videojuegos que al cine. Jumper bombardea la retina con efectos visuales vertiginosos pero nunca consigue contar algo que supere la mera anécdota. Si analizamos que para un trabajo tan rudimentario fueron contratados tres guionistas de cierto nivel, la conclusión no puede ser más desalentadora…

¿Quién no rogó por desaparecer de un lugar físico determinado en situaciones comprometidas para la salud física o mental? A David Rice (el monolítico Hayden Christensen) le suceden dos hechos puntuales en el comienzo de la película que lo obligan a descubrir una fascinante particularidad genética: cuando se lo propone es capaz de teletransportarse de un sitio a otro mediante el pensamiento. El entonces adolescente David tiene en sus manos la herramienta perfecta para evitar las burlas de sus compañeros de colegio y las agresiones de un padre golpeador. Decidido a sacarle el máximo jugo posible a su habilidad, el muchacho viaja por todo el mundo dándose los gustos más sofisticados gracias al dinero que roba cada tanto de la caja de seguridad de algún banco tentador. Entregado por completo a una vida de lujo y hedonismo, David deberá empezar a tomar conciencia por las malas de la vigencia de aquellas sabias palabras que Stan Lee pusiera en labios del tío Ben en El hombre araña (“Los grandes poderes acarrean grandes responsabilidades”).

En realidad, pese al tufillo a cómic, el origen de Jumper se encuentra en una novela de Steven Gould publicada en 1992 y de la cual se conoce una secuela (Reflex, 2004) y un spin-off literario derivado del film (Griffin’s story, 2007). La trama organizada por David S. Goyer (autor de la trilogía Blade: cazador de vampiros), Jim Uhls (El club de la pelea) y Simon Kinberg (Sr. y Sra. Smith) sugiere pero no desarrolla una mitología en ciernes que quizás se exponga con mayor propiedad en la segunda parte pautada para el 2011. Es esperable que el enfrentamiento entre jumpers (los buenos) y paladines (los malos) cobre entonces un sentido lógico que justifique semejante animadversión excediendo discursos banales que funcionan como pretextos para salir del paso (“Sólo Dios puede estar en todos lados”, le espeta el líder de los paladines a nuestro caracúlico héroe).

Apelando a escenarios de seguro impacto como las pirámides de Egipto, el Coliseo romano y una Londres nocturnal tan vital como efervescente, Doug Liman no deja quieta la cámara ni un segundo más de lo necesario disparando un despliegue incesante de acción y efectos visuales (imposibles de evadir en un blockbuster como éste). La trama principal (David vs. los Paladines) y las secundarias (la historia de amor con Rachel Bilson y su tumultuosa relación filial con Apá Michael Rooker) carece de una construcción ingeniosa que incite al espectador a seguir mirando. Lo bueno: termina rápido y se olvida pronto. Consuelo de tontos pero peor es nada. Que alguien se lo diga a Samuel L. Jackson y a Diane Lane (los más perjudicados del elenco). Jamie Bell en el papel de Griffin demuestra convicción en lo que hace (¡Dios lo bendiga!) y por suerte no baila como en Billy Elliot. La Bilson es muy bonita y dan ganas de teletransportarse para conocerla. Eso es todo amigos…

Título: Jumper.
Título original: Idem.
Dirección: Doug Liman.
Intérpretes: Hayden Christensen, Jamie Bell, Rachel Bilson, Diane Lane, Samuel L. Jackson, Michael Rooker, AnnaSophia Robb, Max Thieriot, Jesse James, Tom Hulce y Kristen Stewart.
Género: Ciencia-ficción, Acción, Thriller.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 88 minutos.
Origen: EE.UU.
Fecha de realización: 2008.
Distribuidora: Fox.
Fecha de estreno: 02/04/2008.

Puntaje: 5 (cinco)

El staff opinó:

Lo concreto con Jumper es que, aún compartiendo al mango con el público sus numerosas cualidades técnicas, puede que no conforme por la evidente (aunque se sospecha que es adrede) falta de desarrollo de personajes y sub-conflictos de la trama. Es algo así como un gran prólogo para una película de superhéroes que todavía no se filmó, pero que está en construcción. Muy similar a lo que ocurrió con la primera X-Men (película con la que Jumper tiene más de un punto en común, ya que el “chico saltarín” es, ni más ni menos, un mutante con habilidades como cualquier hombre X), donde la cosa terminaba cuando recién empezaba a ponerse buena. Aún así, esta nueva muestra de talento de Doug Liman como coreógrafo de acción no tiene una sola escena física por debajo de lo espectacular y, aún con sus limitaciones, se disfruta mucho más que tantas otras películas de género que fallan en ambicionar más de lo que deberían. Jumper, para bien, es lo que es porque quiere serlo; esto se nota y es algo que tal vez termine de declararse en la futura secuela. Mención aparte… aguante Jamie Bell !!! (A.K.A. Billy Elliot), que se come la película casi entera… al punto de merecer el protagónico. Ahh, sí, le deja unas migajas a Samuel Jackson… y Hayden Christensen, como era de esperarse, se muere de hambre…Juan Blanco (7 puntos)

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