Por Emiliano Fernández
Que nadie se haga ilusiones con esta nueva exploitation de El juego del miedo (Saw para los amigos…). A nivel general, podemos afirmar que el panorama del terror norteamericano viene en caída. Los últimos estrenos del género han sido calamitosos; ya ni siquiera cumplen con las mínimas expectativas de entretenimiento. Sin rastros (Untraceable) lamentablemente continúa por esa senda y vuelve a defraudar en construir unos buenos sustos. A pesar de que en este caso el coqueteo con el thriller es más pronunciado, la propuesta en esencia sigue siendo un tecno-porno de torturas mezclado con policial duro.
La anécdota que sostiene el film describe los intentos de la agente del FBI Jennifer Marsh (Diane Lane) por dar con el paradero de una serie de personas secuestradas por un psicópata fanático de la web. El susodicho transmite por Internet videos en vivo de sus víctimas: cuanto más visitantes acumule la página “mataconmigo.com”, más rápida y
violenta será la muerte de estos pobres incautos. Hay que decir que la película nunca consigue atrapar del todo, por más que debamos diferenciar entre una primera parte pasable y una segunda mitad muy deficitaria. Y mejor no hablar del paupérrimo desenlace…
Mientras que en El juego del miedo teníamos un desarrollo real de personajes que complementaba los martirios expuestos, aquí el relato no avanza demasiado y uno se ve obligado a esperar la siguiente “novedad” en el sitio del asesino. Los responsables detrás de cámaras decidieron revelar su rostro quizás con excesiva rapidez, perdiendo desde el vamos gran parte del misterio. El trabajo del director Gregory Hoblit es rutinario e insignificante, sin llegar al triste nivel de suspenso de un capítulo de CSI. Pero también el guión de Robert Fyvolent, Mark Brinker y Allison Burnett es bastante incoherente, por momentos aburrido.
Lo único rescatable es la actuación de Diane Lane, componiendo en forma creíble a una aguerrida investigadora que además es una mujer vulnerable y una amorosa madre. Sin rastros merece ser sumada a una larga lista de films que se la pasan concretizando aquello que vienen a destruir. Por supuesto que la película está muy lejos de apuntalar un discurso serio sobre los consumidores de atrocidades que pululan por doquier (la condena se hace explicita recién al final). Este popurrí de ejecuciones on line tiene como excusa ser una ficción. El problema es que estructuralmente no funciona y termina con la boca en el piso.
Título: Sin rastros.
Título Original: Untraceable.
Dirección: Gregory Hoblit.
Intérpretes: Diane Lane, Colin Hanks, Billy Burke, Joseph Cross, Mary Beth Hurt, Peter Lewis, Ty Giordano, Perla Haney-Jardine, Tim De Zarn, Daniel Liu, John Breen, Jesse Tyler Ferguson.
Género: Thriller, Crimen.
Clasificación: Apta mayores de 18 años.
Duración: 101 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: UIP – Sony.
Fecha de Estreno: 24/04/2008.
Puntaje: 3 (tres)
El staff opinó:
–¡No sé qué cosa me causa más indignación!: si la moralina estúpida que ahora arroja sus dardos venenosos sobre el uso indebido de la Internet o el reciclaje barato de cuanto “thriller psicológico” mediocre haya aparecido en los últimos años. Respuesta fácil: las dos cosas-. Pablo E. Arahuete (2 puntos)
