Por Emiliano Fernández
Una vez al año, durante el invierno, un pequeño pueblo de Alaska llamado Barrow se sumerge en la más completa oscuridad por un período de treinta días. Un extraño con aires de Renfield llega desde lo desconocido a través de un barco carguero y comienza a cumplir lo que parece ser una tarea asignada. Roba y quema los celulares, asesina a todos los perros y destruye el único helicóptero del lugar. Mientras que la última jornada de luz desaparece y el sheriff Eben Oleson (Josh Hartnett) investiga los crímenes, su esposa Stella (Melissa George) pierde el último avión en un mes. Fruto del azar ambos consiguen identificar y arrestar en un bar al responsable de las muertes y el pillaje. Pero nadie podía prever que al mismo tiempo y junto con la noche eterna, llegaría una banda de vampiros tan sedientos como brutales…
30 Días de Noche (30 Days of Night, 2007) cuenta con una premisa básica que el mismo título se encarga de explicitar. Si además se suma la invaluable presencia de los chupa- sangre, ya tenemos la ecuación completa. La película está basada en una novela grafica de Steve Niles, aquí colaborando en el guión, y fue dirigida por la promesa proveniente del campo de los video clips David Slade, realizador de la también sádica Hard Candy (2005). A pesar de algunos estereotipos presentes en la historia y una edición un tanto apresurada en determinadas secuencias, el trabajo de ambos es muy elogiable y logran en conjunto un relato de horror dinámico y extremadamente entretenido. Esta exquisita carnicería está repleta de huesos quebrados, cuantiosa hemoglobina, amputaciones asquerosas y decapitaciones varias.
Los vampiros animalizados aquí presentados son máquinas de matar que obedecen a una imperiosa necesidad de alimentarse y están lejos de cualquier romantización a lo Bram Stoker/Anne Rice. La maravillosa escena del primer ataque al pueblito es bien elocuente al respecto: los señores de la noche entran casa por casa para degustar de esos manjares que los mortales denominan en forma genérica “familia”. Por supuesto que de los 152 habitantes sólo sobreviven apenas un puñado, los que se ven obligados a permanecer ocultos en distintas edificaciones a lo largo y ancho de un terreno ganado por las criaturas y cubierto por la todopoderosa nieve. Ya era hora de que el subgénero vuelva a asustar con elementos más puros y vitalizantes que la parafernalia religiosa, la triste inmortalidad y los rituales anacrónicos.
Queda claro que Slade aprecia el cine de John Carpenter. Su obra es una mixtura bastante eficaz de El enigma de otro mundo (The Thing, 1982) y Vampiros (Vampires, 1998); aunque tampoco nos olvidemos que la idea central remite a Jeepers Creepers (2001). El elenco no desentona y ayuda a mantener un ritmo narrativo parejo, garantía de sobresaltos. Sin abusar de los CGI, con un gran desempeño en sonido, apelando al realismo en situaciones y diálogos, y redondeando una atmósfera espeluznante, el film refresca el terror al poner en primer plano una trama de entorno cerrado con asesinos macabros preocupados más por aniquilar a la peste más extendida del planeta, los seres humanos, que por parecer sexys y encantadores. 30 Días de Noche es una propuesta muy interesante que destila profesionalidad en cuanto a la administración de recursos tan inmemoriales como el aislamiento y una incontrolable amenaza exterior.
Título: 30 días de noche
Título original: 30 Days of Night.
Dirección: David Slade.
Intérpretes: Josh Hartnett, Melissa George, Ben Foster, Danny Huston, Manu Bennett, Kate O’Rourke, Mark Boone Junior, Craig Hall y Joel Tobeck.
Género: Estreno en DVD, Terror, Acción, Thriller.
Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 113 minutos.
Origen: EE.UU./ Nueva Zelanda.
Año de realización: 2007.
Distribuidora: LK-Tel / Sony.
Fecha de estreno: 20/05/2008.
Puntaje: 7 (siete)