Por Pablo E. Arahuete
Podría decirse que la vuelta del siciliano Giuseppe Tornatore con La desconocida alcanza tanto para la polémica como para el asombro. Del director de Cinema Paradiso podrán argumentarse siempre muchas cosas; entre ellas, su constante coqueteo con la manipulación emocional del público y por elevación su incontrolable tendencia al 
melodrama. Lo cierto es que el realizador de Malena es uno de los pocos cineastas contemporáneos capaces de tocar las fibras sensibles de cada uno de los espectadores con un inteligente uso del lenguaje cinematográfico, que no siempre obedece –como muchos pueden criticarle- a un exceso de manierismo sino simplemente a saber cómo y cuándo activar la parte emotiva que toda historia representa. En manos de Tornatore cualquier reencuentro o despedida es único y conmovedor. Pero en este caso, cuando se trata de contar una historia que en apariencia sugeriría una venganza, al irrumpir el melodrama se convierte en algo completamente diferente: la lucha por la identidad, el abandono y la ausencia.
Otra de las cosas que no se le pueden achacar a este autor es su constante homenaje al cine que comenzó hace veinte años con Cinema Paradiso, y en este caso particular con el cine de Dario Argento, Mario Bava y el mismísimo maestro del suspense Alfred Hitchcock. De los dos primeros, este nuevo opus aporta su cuota de sangre y violencia pero sin regodeos y del último una trama rica en vueltas de tuerca que irá revelando sus misterios a un ritmo pausado, donde la información está bien dosificada. También ayuda y mucho la omnipresente banda sonora de Ennio Morricone (asiduo colaborador del director), que desde una partitura que mezcla golpes y tonos disonantes con una melodía cargada de melancolía trae el recuerdo de aquellas piezas musicales de Bernard Herrmann (compositor preferido de Hitchcock).
No es conveniente anticipar mucho sobre La desconocida, cuyo inicio parece absolutamente opuesto a cualquier film de Tornatore, aunque con el correr de los minutos se van haciendo visibles las marcas autorales. Tras un pasado tortuoso como esclava sexual, la inmigrante ucraniana Irina (Xenia Rappoport, intensa y excelente interpretación) necesita trabajo. Por
algún secreto que se irá revelando a partir de los flashbacks, ingresa como mucama en un edificio donde la mayoría de los propietarios son joyeros; entre ellos, la familia Adacher, quienes tienen una hija pequeña que sufre una extraña enfermedad que inhibe su instinto de defensa. Ese padecimiento hace que la niña no pueda poner sus manos cuando se cae, por eso vive golpeada y recluida entre la indiferencia de su padre y el poco apego afectivo de su madre. Tal es así que el vínculo con Irina no tarda en consolidarse, y a partir de esa relación existirá una conexión con fantasmas del pasado que sumirán a la protagonista en un camino repleto de ataduras emocionales, violencia, peligros y personajes oscuros.
Si bien haber obtenido cinco premios David di Donatello (entre ellos mejor película, director y mejor actriz protagónica en el 2006) resulta un tanto exagerado, eso no significa que esta película no tenga méritos propios, incluido lo más importante: saber mixturar géneros como el thriller y el melodrama sin perder de vista la historia, y por sobre todas las cosas el constante repaso por épocas y estilos de un cine cada vez más distanciado de la pantalla.
Título: La desconocida.
Título Original: La sconosciuta.
Dirección: Giuseppe Tornatore.
Intérpretes: Kseniya Rappoport, Michele Placido, Claudia Gerini, Margherita Buy, Piera Degli Esposti, Pierfrancesco Favino, Clara Dossena, Alessandro Haber, Ángela Molina, Pino Calabrese y Nicola Di Pinto.
Género: Drama, Thriller.
Clasificación: Apta mayores de 18 años.
Duración: 118 minutos.
Origen: Italia/ Francia.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Impacto Cine.
Fecha de Estreno: 22/05/2008.
Puntaje: 7 (siete)
El staff opinó:
–Muy buen thriller a la Hitchcock del gran Giuseppe Tornatore. Sobresalen el tono melodramático, la música de Ennio Morricone y una actuación extrema por parte de Xenia Rapoport. El mejor suspenso a la italiana.– Emiliano Fernández (7 puntos)
